La foto del bebé británico en brazos de sus padres de 13 y 15 años ha dado la vuelta al mundo. Pero no hay que irse muy lejos para encontrar jóvenes con hijos. En la región, 816 menores de 20 años tuvieron niños entre enero y junio de 2008, según los últimos datos del Instituto de Estadística de Madrid.

"Por lo general, en la sociedad actual las menores de 20 años no están preparadas para ser madres; las de 18 son adultas legalmente, pero no emocionalmente", explica el presidente del Colegio de Psicólogos de Madrid, Fernando Chacón.

"Se espera que sigan estudiando o empiecen a trabajar, no que se embarquen en la maternidad", dice el sociólogo Roberto Barbeito.

El primer coito, a los 14 años

La razón principal del aumento de madres tempranas es que "los jóvenes adelantan sus primeras relaciones sexuales", explica Barbeito. El 18% de los chavales madrileños de 14 años ya han perdido la virginidad, como publicó 20 minutos la pasada semana.Debido a las dificultades económicas y a la inmadurez, el aborto a esas edades está a la orden del día. En 2007 se quedaron embarazadas 90 menores de 15 años, pero 63 decidieron no tener el niño (un 66%). En la franja de 15 a 20 años , 4.352 jóvenes quedaron encinta y 2.647 de ellas optaron por el aborto (60,8%).

"Ya iré aprendiendo a ser padre"

Cualquiera que vea a Edgar (15 años) haciendo carantoñas a Edgar José (nacido este 14 de febrero) pensaría que son hermanos. Pero no. Son padre e hijo. "No lo buscábamos, fue un desliz y decidimos seguir adelante, cuenta el adolescente mientras acuna al bebé en brazos.

A su lado está la madre, Esther (sólo 13 años): "Fue una sorpresa. Al principio nos asustamos, pero ahora estamos muy contentos de ser padres; tener al niño ha sido una alegría". Junto a ellos están los padres de Edgar, que llegaron de Ecuador hace nueve años: "¿Que cómo nos lo hemos tomado? Pues aceptándolo, no podíamos hacer otra cosa, es nuestro nieto", dice el joven abuelo. En realidad son ellos quienes cuidan al bebé mientras Esther y Edgar continúan con su vida de niños.

"Yo vivo en Móstoles, y ella, en Barrio del Pilar, estamos todo el día en el instituto y lo tenemos que dejar con los abuelos. No sé si me veo capacitado para cuidar de él, pero ya iré aprendiendo a ser padre", dice Edgar mientras lo abraza como si fuera un muñeco, pero con un brillo de cariño en los ojos.