Una vez pasada la euforia por el compromiso de la princesa heredera de Suecia, Victoria , con su ex entrenador de fitness, Daniel Westling, sus súbditos discuten ahora sobre quién debe pagar la cuenta del enlace, según recogía este jueves el periódico Expressen.

A estas horas ya hay numerosos grupos de Internet en la red social  Facebook  en los que los suecos dejan oír sus protestas contra una posible financiación pública de la boda.

El más numeroso de todos, Niégate a pagar la boda de Victoria, ha pasado en apenas cinco días de 5.000 a casi 28.000 miembros.

"Creo que todas las personas valen lo mismo, también la realeza. Por eso deben pagarse su propia boda, como cualquier otro Svensson", declara en el diario Fredrik Nordqvist, creador de este grupo.

Similares adhesiones ha experimentado también el segundo grupo más popular, bautizado No quiero pagar la boda de Victoria, que cuenta ya con casi 3.000 seguidores.

La oposición a una posible partida extraordinaria del Estado a la Casa Real para financiar la boda también ha encontrado eco en el Parlamento sueco.

No obstante hasta el momento sólo el republicano Partido de la Izquierda, sexta fuerza política con 22 de los 349 escaños totales, se ha mostrado públicamente en contra de esta posibilidad.

Su líder, Lars Ohly, ha afirmado que la asignación anual de 112 millones de coronas suecas (casi 10 millones de euros) que recibe el rey Carlos XVI Gustavo, sin contar su fortuna personal, debería ser suficiente para afrontar los gastos del enlace, que Expressen estima en unos 25 millones de coronas suecas (2 millones de euros).

Y en España...

En España, el último enlace real que se celebró, el del príncipe Felipe con Doña Letizia, supuso unos costes directos -en vestidos, invitaciones y banquete-, y otros indirectos -seguridad, ornamentación y limpieza-.

Mientras los primeros, menores que los segundos y estimados por la BBC en unos 4 millones de euros, recayeron sobre el presupuesto de la Casa Real, los segundos fueron asumidos por las instituciones públicas y los departamentos ministeriales.