Las investigaciones sobre el homicidio de Marta del Castillo se centran en encontrar el cenicero presuntamente utilizado para matar a la joven, y en determinar la moto o el coche con que fue trasladada hasta el Guadalquivir, ya que los presuntos autores han incurrido en numerosas contradicciones en ese sentido.

Los dos jóvenes acusados, Miguel C. D. y Samuel B. P., que desde este lunes cumplen prisión incondicional sin fianza en la cárcel Sevilla 1 (en celdas separadas y bajo un protocolo de protección antisuicidios), no alegaron en su declaración ante el juez las atenuantes de drogadicción o alcoholismo cuando ocurrieron los hechos, en la noche del 24 al 25 de enero pasado.

Según su propio testimonio, sacaron a Marta de madrugada en silla de ruedas desde la casa de Miguel, en la calle León XIII del barrio de la Macarena, y luego la trasladaron en moto o en coche (inconsciente o muerta) hasta la pasarela sobre el río Guadalquivir desde la cual fue arrojada al río, en un trayecto de unos tres kilómetros.

Los investigadores destacan también que no ha aparecido el cenicero con el que el detenido dijo haber golpeado a la joven en la cabeza tras una discusión en la vivienda que compartía con su hermanastro.

Reconstrucción de los hechos

Por otro lado, Miguel C. D fue trasladado desde prisión a su domicilio probablemente para reconstruir los hechos que se podrían haber producido la noche de autos.

Numerosas personas, frenadas por un fuerte cordón policial, se han presentado en las inmediaciones de la casa increpando e insultando al detenido. El furgón en el que era trasladado ha sido perseguido por la multitud varios cientos de metros.

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