La Universidad Autónoma está dispuesta a impedir por todos los medios que la celebración de San Canuto, a la que cada año acuden miles de jóvenes, perturbe la armonía de sus clases.
Para ello, además de no autorizar el acto, va a reforzar las medidas de seguridad: el número de vigilantes de seguridad se duplicará y se desplegará un fuerte dispositivo policial coordinado con la Delegación del Gobierno y el Ayuntamiento de Madrid.
Además, para evitar altercados, la venta de combinados de alcohol en las cafeterías de las facultades estará prohibida salvo en los menús de mediodía, donde se podrá servir vino o cerveza. La fiesta de San Canuto está
Siempre se hace antes de los exámenes del primer semestre, aunque su fecha varía.
"Para evitar altercados en las aulas se cerrarán algunos accesos a los edificios y para poder entrar habrá que enseñar el carné universitario", explicaron ayer a 20 minutos fuentes de la universidad.
"Sufridores de la fiesta"
La Autónoma, que tiene matriculados más de 30.000 alumnos, decide todos los años blindarse porque "somos los sufridores de esta fiesta. Al día siguiente todo está lleno de basura".
Aunque la cita está prevista para el lunes, ayer, a modo de aperitivo, algunos estudiantes estuvieron por el campus haciendo botellón bajo la mirada de la Policía.
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