Un grupo de ciudadanos solicitó recientemente la retirada del crucifijo que preside la Sala de Plenos del Ajuntament de Palma, una petición respaldada por Els Verds, atendiendo a los principios de laicidad propios de un estado no confesional.
El partido ecologista invita al Consistorio a "dar respuesta" a esta petición vecinal sobre la desaparición de símbolos religiosos del espacio institucional. La medida está respaldada por la concejala de la Vivienda, Magdalena Palou.
Els Verds consideraron que no es una justificación, para la permanencia del
crucifijo en la Sala de Plenos, la tradición o el hecho de que el catolicismo sea la religión mayoritaria en la capital balear.
A ese respecto, recordaron que la situación actual no se ajusta al principio de separación de los ámbitos político y religioso.
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