Hace siete años, Mateo Ruiz y su familia no podían imaginar que la obra que estaban haciendo les iba a amargar las Navidades y a provocar un conflicto con el Ayuntamiento.

Urbanismo les ha obligado a derribar parte de su casa, en el Barrio León de Triana. Son los 20 metros cuadrados que este vecino le ganó al porche para poder hacerle un dormitorio a la hija, que no tenía. «Había demasiado porche, sólo le quitamos unos metros para ampliar la casa pero sin invadir la acera, ni dañar la estética de la calle», dice Antonio Ruiz, el abuelo.

Pero en virtud del decreto de 1949 que establecía que no se podía ocupar el porche delantero de estas casas, el Ayuntamiento les impuso una sanción por disciplina urbanística de 3.000 euros, que recurrieron. Pero el pasado 17 de diciembre les llegó la orden de derribo. «Nos dijeron que de puertas para adentro todo era escombros, que eran capaces de venir con las máquinas si no lo hacíamos nosotros. No entendemos a quién hemos perjudicado», lamenta Antonio.

Aquellas obras de reforma costaron unos 120.000 euros, que se sumaban a la hipoteca de la casa. Ahora, la familia tiene que afrontar otro coste más, el de la nueva obra para «dejar la casa tal como estaba antes. Nos vamos a arruinar. Vamos a buscar la forma de defendernos porque no hay derecho».

Mateo, su hijo, ha tenido que pasar las Navidades en su casa y ahora la familia confiesa estar muy mal. «Si no nos tuvieran a nosotros, ¿que se quedan, en un hotel?».

Podría sentar precedente

Este caso podría sentar precedente, ya que hay más casas en el barrio que hacen esquina y también han ganado espacio a sus porches. Los vecinos de esta barriada andan preocupados por si a ellos también les pudiera pasar lo mismo que a Mateo.

«Cuando hicimos las obras nadie nos dijo que no pudiéramos hacerlas. No hay derecho lo que han hecho con esta familia», dice Manolo Prieto, otro vecino.

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