La Conselleria de Sanidad deberá indemnizar con 90.000 euros a la familia de una mujer que falleció en noviembre de 2004, tras estar un año en coma como consecuencia de una operación de tiroides.
Así lo propone un dictamen del Consell Jurídic Consultiu (CJC), que concluye que procede establecer la responsabilidad patrimonial de la Generalitat en este caso por considerar que la mujer no recibió una vigilancia postquirúrgica adecuada, en la medida en que permaneció sólo una hora y cuarenta minutos en recuperación.
La mujer, que fue diagnosticada de nódulo tiroideo tóxico e intervenida tras seis semanas de tratamiento, entró en
parada cardiorrespiratoria tras un episodio de tos, y después de ser reanimada ingresó en la UCI en situación de coma, donde, tras ser intervenida sin éxito, permaneció hasta que falleció un año después.
El CJC admite que la hemorragia postquirúrgica del tiroides es "una incidencia
extremadamente rara que suele ocurrir en las primeras seis horas tras la cirugía", pero puntualiza que "el riesgo se incrementa" en el caso de pacientes que reciben tratamientos anticoagulantes, como era el caso de la fallecida.
En este sentido, se recuerda que la paciente estuvo en la unidad de recuperación "tan sólo una hora y cuarenta minutos" y se incide en que, teniendo en cuenta que se trata de una paciente de
mayor riesgo de hemorragia, su estancia en la unidad de recuperación debería haber sido más prolongada".
"Posiblemente con una vigilancia continua se podría haber detectado precozmente la hemorragia y puesto en marcha las medidas necesarias para solucionarla inmediatamente", indican y añaden que aún admitiendo que no hubo "demora" seguiría considerándose el precepto de
"daño desconsiderado", puesto que la paciente se "sometió a una intervención de tiroides calificada de reducido riesgo y finalmente perdió la vida".
El informe realizado por la Inspección Médica, y al que se refiere el CJC, afirma que "no queda acreditado" que la vigilancia a la que fue sometida tras la operación fuera "adecuada" e incide en que con una vigilancia "continua se podría haber detectado precozmente la hemorragia".
"La hemorragia producida como consecuencia de la hemitiroidectomía practicada a la paciente, pudo desembocar, posiblemente, por el tiempo transcurrido en detectarla, en un coma,
deterioro progresivo del estado de la paciente y su fallecimiento al año, aproximadamente, de ser intervenida", apunta la Inspección.
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