La Olímpica Valverdeña jugaba ayer ante el Arcos en su campo, pero el resultado y el fútbol fue lo de menos cuando se desplomó Francisco Javier Gutiérrez Herrezuelo. El jugador, de 22 años, sufrió una parada cardiorespiratoria y un médico asistente al encuentro trató de reanimarlo, pero poco después fallecía en la ambulancia camino del Hospital JuanRamón Jiménez de Huelva.

Roque, el portero de la Olímpica, relataba sobre lo ocurrido que "se sentó y se echó hacia atrás. Al principio creímos que era una lesión, pero después nos dimos cuenta de que la situación era más grave". Francisco Javier, al que todos llamaban ‘Guti', cayó al suelo en el segundo tiempo del encuentro, que se encontraba detenido porque se atendía en otra zona del campo a otro jugador.

El cuerpo fue trasladado al Tanatorio Atlántico de la capital hasta donde se dirigieron sus familiares, compañeros del equipo, así como numerosos amigos y conocidos. Allí también estuvo el alcalde de la localidad José Cejudo, el concejal Francisco Donaire, el presidente del Recreativo, Francisco Mendoza, y el presidente de la Federación Andaluza, Eduardo Herrera.

El fallecido, que esta tarde será enterrado en su pueblo, era un jugador joven y con proyección que ocupaba la posición de lateral izquierdo y era señalado como uno de los mejores integrantes de la plantilla de la Olímpica, que milita en el Grupo A de la Primera División Andaluza.

Los que le conocían coinciden en señalar que era "un chaval supersano", que llevaba una vida ordenada, que no fumaba y que ni siquiera "tomaba copas cuando salía" por las noches con sus amigos.

Además de por el fútbol, Francisco Javier era conocido en el pueblo por ejercer junto con su padre de prioste de la Hermandad del Rocío de Valverde, siendo los encargados de adornar el simpecado cada romería, además de por ser costalero en Semana Santa de la Virgen de la Soledad, de la Hermandad de los Negros.

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