Un jurado popular juzga desde hoy en la Audiencia de Valencia a un hombre acusado de matar a navajazos al novio de su ex pareja en un campo de naranjos del municipio valenciano de Oliva, el día 25 de diciembre de 2005. El fiscal pide 24 años para el acusado por un delito de asesinato, mientras que la defensa reclama su absolución al no haber testigos ni pruebas directas contra él. Por su parte, el hombre se declaró inocente y aseveró que el día de los hechos estuvo rodeado de su familia en Carlet (Valencia), y que no acudió a Oliva "para nada".

El hombre, quien mantuvo que tras dejar a su pareja ésta le pidió en varias ocasiones que volvieran, afirmó que el día antes de que ocurrieran los hechos, en Nochebuena, estuvo recogiendo leña durante el día, y luego cenando con su hermano y otros familiares en Catadau (Valencia), entre los que también estaba la hermana de su ex pareja, ya que estaba casada con un hermano suyo. En este punto, la fiscal mantiene que aprovechó la cena para interesarse por dónde se encontraba su ex pareja, algo que él negó.

Aseveró que esa noche se fue pronto a la cama, entre las 22 y las 23 horas, que se tomó una pastilla y se durmió. Al día siguiente, explicó que su hermano le despertó sobre las 7.00 horas, y que juntos se fueron al municipio valenciano de Carlet, a desayunar con unos primos y a comer por allí. Indicó que no regresó a Catadau hasta la noche.

En todo el día, el hombre, de 49 años y con cuatro hijos, señaló que no acudió a Oliva puesto que, de hecho, no disponía de vehículo, ya que su furgoneta la había aparcado la noche del día 24 en un patio de una casa de uno de sus hermanos y que iba a todos los sitios con otro hermano suyo, en su coche. En esta furgoneta, según el fiscal, se encontraron restos de sangre, que el acusado dijo que podría ser suya al cortarse con la leña.

14 llamadas a su ex pareja

Antes de esta llamada, afirmó que no sabía nada de ella y que la última vez que la vio fue el día 17 o 18 de noviembre, cuando quedaron para que ella le devolviera sus regalos. Sin embargo, el acusador público mantuvo que el teléfono de la mujer recibió hasta ocho llamadas en la mañana del día 24 de diciembre y otras seis por la tarde.

Asimismo, la fiscal estima que fue este hombre el que se dirigió el día 25 de diciembre a la casa familiar de la víctima, ubicada en la playa de Oliva, le recogió con su furgoneta y le llevó a un campo de naranjos en la partida de Burguera, también de Oliva, donde, sin discusión alguna y sin posibilidad de defensa, le dio "múltiples" navajazos en la cabeza y, posteriormente, cuando estaba en el suelo, le golpeó fuertemente en la cara con un tapón de riego. Como consecuencia, la víctima sufrió destrucción de los centros neurológicos vitales por traumatismo craneoencefálico.

La Guardia Civil

Por su parte, uno de los guardias civiles que se hicieron cargo de este caso, expuso hoy que desde el primer momento en que vieron el cadáver apuntaron a los celos como causa del asesinato, al ver las lesiones que presentaba en el rostro. Descartaron el robo por llevar encima su cartera y otros objetos personales.

Asimismo, indicó que cuando se entrevistaron con la mujer, ésta les dijo que siempre temía que su ex pareja --el acusado-- pudiera hacerle algo "por celos", ya que habían tenido un par de incidentes. Uno de ellos cuando le siguió con la furgoneta hasta su casa, y otro cuando se enfrentó a él en un bar, momento en el que se enteró que estaban juntos.

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