Burning Sand, de Southern Arts Society
Normal. Experiencia, saber hacer y dotes de compositor para dar y regalar. Por algo, Andy Jarman es un ilustre veterano (no olvidemos las joyas que dejó con su aventura de Strange Fruit en los albores del indie). Y su sello seguro que se percata de que una de las apuestas de final de año no viene de lejos, ni de EE UU, ni de Francia, sino que es producto casero (de Sevilla).
El otro líder de esta banda (acompañante de los artistas de su sello que vienen de gira) le ha puesto en bandeja contar en el álbum con una colección de grandes estrellas.
No es cualquier cosa que en suculento reparto esté Roger (At Swim), Gary (L. Transistor) -qué remate de canción para cerrar la obra!-, Francoiz Breut o nuestra Muni (M. Flames). Claro, que no hace falta dejarse cegar por los inivtados de lujo, porque The window (que nos la sabemos de memoria desde hace más de un año por su ayer maquetero) es soberbia.
Un disco excelente con especial atención a las letras: mapas de situación, recuerdos e historias del ayer de España escritas por un inglés y reales como la vida misma.
El esperado debut de los neoyorquinos está a mitad de camino entre sus amigos Vampire Weekend y Arcade Fire. Grandes momentos en esta obra: Dying is fine, de su desaparecido batería, John, al que recuerdan; el sencillo Ghost under rocks y el sublime Can you tell, himno sesentero.
Be true to your school, Varios
Lo más granado del indie y en etiqueta de garantía. Son 25 cortes aunados bajo el título de una canción legendaria de The Beach Boys y aparece lo mejor de la casa. Desde Tender Trap, a Would Be Goods, pasando por The Lucksmiths (excelente T-shirt weather) o The Loves.
You and me, de The Walkman
Dos años de estudio hasta construir esta maravilla que ya es su cuarto álbum. Han despachado su trabajo más tranquilo, sosegado y tristón en las letras. In the new year fue el sencillo de estos fans de Roy Orbison, Nilsson o Leonard Cohen
(a quienes versionan con solvencia).
Lemon Pop, de Cooper
No es casualidad: el disco se llama como se llama en homenaje a esos festivales de segunda línea en donde Álex y los suyos son los reyes. Porque nadie como él sabe imprimir ritmo powerpopero (Ruido arrebata) o extasiar con una declaración de amor (En el sofá).
Thirteen tales of love and revenge, de The Pierces
Componen, cantan, son hermanas (una morena y una rubia) y lucen tal palmito que podrían ser modelos. Las hermanas Catherine y Allison adaptan su pop folk al jugueteo con sus voces. Ya caminan por el tercer disco y les ha hecho populares su aportación a la serie Gossip girl.
Palaces, de Bart Davenport
A la cuarta... cambio de rumbo. Le ha salido un disco de lo más setentero y a veces huele a Motown, Carpenters (Freeway flowers) o incluso Leo Sayer. Una superbanda (¡esas teclas!) refuerza su discurso y hasta su novia Cris mete voces. Ojo a los coros de Lil' bunny.
Thank you for not.., de The mystery fax machina orchestra
Un geniecillo (Martin) detrás de la batuta y comandando una orquesta de 21 componentes a la que reclaman Björk, Radiohead, D. Hayman (de tales quilates son sus arreglos), la BBC, gente del cine... Parece que el pop orquestal está de moda.
A Bob Dylan tribute, Varios
Un tributo a Dylan de título inspirado en el gesto casi siempre hosco y en una frase de New morning. Bien Sidonie, en inglés, con Johanna de Leitmotiv. Los Amigos Imaginarios se lucen con My back pages y Maika Makowski deslumbra con Love sick.
Heavenly, de Half Foot Outside
Han cambiado de camiseta y parecen sentirse más libres que nunca para descargar toda esa furia que llevan dentro y hacer las piezas más redondas de su historia. Y, para rematar la buena faena, muchas estrellas-compañeros de profesión invitados.
Boogie Each Days, de Elastic Band
Uno de los responsables, Pablo, militó en aquellos Cecilia Ann granadinos junto a su hermana Estrella. Esta propuesta es diferente y ecléctica a más no poder, con el toque de esa mandolina que se siente eléctrica. Cuando parece que todo está inventado, surge el toque de distinción.
Rest now, weary head!, de Get well soon
¿Cómo será en directo con orquesta y hermana dentro? Porque, para su disco, Konrad lo ha hecho todo él solo. Se confiesa fan de Cohen y Cave, pero Wolf y Banhart no están lejos. Este alemán domina el amplio espectro del pop y hasta sabe ser comercial (Tick, tack...).
Odisea ultramarina, de Les Philippes
Seguro que es su mejor disco, de largo, y costaría reconocerles rebobinando hasta el primero (que era en inglés). Viva el costumbrismo y las historietas (Las aventuras del abuelo Rogelio) de su nueva era. Pop bien tejido y finalizado (un saludo a los Beach Boys, por cierto).
Tu hoguera está ardiendo, de Klaus and Kinski
Justicia. Ya era hora. Por fin, Álex y Marina abandonan el mundo maquetero y pueden presumir de tener un disco grande en el que, claro está, se encuentra esa colección de grandes éxitos de las demos que fueron acumulando pacientemente mientras llegaba la llamada de un sello. Ahí reside la ventaja. Los deberes estaban hechos (hubiera sido injusto que canciones tan redondas, intensas y bien estructuradas como En la cama o Lo que no cura mata no tuvieran su versión-álbum), pero se necesitaba algo más. Y la factoría del tándem murciano se ha destapado con otras dos maravillas, como El Cristo del Perdón y Crucifixión.
Dig out your soul, de Oasis
Lo han hecho: los Gallagher han añadido (a estas alturas) un disco más al cuadro de honor en el que estaban sus dos primeras obras. Noel ha repartido juego y componen más su hermano Liam e incluso, a una por barba, Gem y Andy. El resultado es excelente (me salen cinco sencillos) y ha salido lo suficientemente fragmentado: rock, tranquilo y experimental.
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