25.000 personas despiden al ultraderechista Jörg Haider en un funeral de Estado

  • Ha tenido lugar en Austria.
  • Haider falleció el pasado sábado en un accidente de circulación.
  • Le describen como un "visionario" y un "hombre del pueblo".
  • Abanderó un discurso nacionalista, xenófobo y crítico con la UE.

Como si se tratara de un jefe de Estado, una estrella del pop o un líder religioso, la región austríaca de Carintia despidió este sábado al dirigente ultraderechista Jörg Haider, su gobernador durante 9 años, con un funeral cargado de honores y al que asistieron más de 25.000 personas.

La Plaza Nueva de Klagenfurt, capital de Carintia, acogió este sábado un ceremonial de Estado, con la presencia del presidente de Austria, Heinz Fischer, el canciller, Alfred Gusenbauer, y la cúpula política de la nación alpina. Desde su muerte el pasado sábado en un accidente de circulación, cuando conducía ebrio y al doble de la velocidad permitida, Austria sigue recuperándose de la inesperada muerte de su político más polémico, pero también más relevante, de las últimas dos décadas.

En la ceremonia fúnebre de este sábado, los oradores, la mayoría correligionarios de su Alianza por el Futuro de Austria (BZÖ) y amigos personales, insistieron en destacar a Haider como un "visionario" y un "hombre del pueblo". "Nuestro gobernador no puede morir" llegó a decir con un tono cercano al de la veneración, Uwe Scheuch, nuevo jefe de filas del BZÖ en Carintia, que animó a esforzarse para continuar el "trabajo" de Haider.

"Respeto y reconocimiento"

Pocas críticas se escucharon sobre quien, en los años 90, alabó la política laboral de Hitler o denominó "centros de castigo" a los campos de concentración. Aunque su calculada ambigüedad respecto al pasado nazi de Austria había sido relegada en los últimos años, Haider seguía abanderando un discurso nacionalista, xenófobo y crítico con la Unión Europea (UE).

Incluso el canciller socialdemócrata, Alfred Gusenbauer, mostró su "respeto y reconocimiento" y calificó a Haider como una persona que "no dejaba indiferente a nadie, en lo positivo y en lo negativo". "Fue capaz de impresionar a mucha gente, pero también de desatar contradicciones", indicó.

En lo más parecido a una crítica de su alocución, el canciller se refirió a que Haider "planteó exigencias a otras personas, que él mismo no estaba en posición de cumplir". Aparte de los políticos locales, entre los asistentes al ceremonial se pudo ver a Saif al Gadafi, el hijo de Muamar al Gadafi, una delegación de la Liga Norte de Umberto Bossi, y representantes de regiones italianas y rusas.

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