Cada año, el ganador del premio Turner se convierte en noticia no sólo por lograr uno de los premios más codiciados del arte moderno, sino por toda la polémica que desde hace años envuelve al galardón.

Creado en 1984 para promover los nuevos logros del arte contemporáneo, el premio está dotado de 25.000 £ y además garantiza proyección internacional y buena publicidad a quien lo gana.

Entre los ganadores de anteriores ediciones están Damien Hirst (que recientemente protagonizaba una subasta millonaria), Gilbert & George, Lucian Freud o Derek Jarman, entre otros.

Este año, cuando aún faltan semanas para que se anuncie el ganador (que no se conocerá hasta diciembre), la polémica está servida porque no hay ningún pintor entre los seleccionados.

Los finalistas de este año son Runa Islam (que presenta Centre of gravity, compuesta por varios vídeos), Mark Leckey (que presenta una obra que mezcla escultura y proyecciones de iconos como los Simpson), Cathy Wilkes (cuyas escullturas beben del ready made) y Goshka Macuga (que realiza instalaciones con madera, acero y muebles).

El premio se dará a conocer el próximo mes de diciembre. Hasta que se falle el ganador, en la Tate de Londres se puede ver una exposición con algunas de las obras ganadoras de ediciones anteriores.