"Seguimos discutiendo mientras Sagunto cae". Con este dicho, muy utilizado todavía hoy en Italia, finaliza una carta que ha enviado el presidente del Consell Valencià de Cultura, Santiago Grisolía, al consejero delegado de Paradores, Miguel Martínez, en la que pide ayuda para salvar de las ruinas este monumento. La idea del científico valenciano no es nueva. Consiste en crear un parador turístico en el castillo, "sin duda el más importante históricamente de la Península", según afirma. Con ello pretende atraer turistas y evitar que su actual estado de abandono degrade aún más el recinto y lo suma en el olvido.

En la misiva, a la que ha tenido acceso 20minutos.es, Grisolía subraya que a la institución que preside "le preocupa el problema" que vive la fortaleza por su continuo deterioro, a la sombra de la polémica sobre la remodelación del Teatro Romano. Además, explica que posee un proyecto de fin de carrera que ya recoge esta idea e invita a los responsables de paradores a visitar las ruinas del castillo. "Le pedimos, por tanto, ayuda y consejo", finaliza el documento enviado el pasado jueves a Madrid.

"Hoy no hay nada allí, es algo terrible y mucha gente no ha estado nunca allá arriba. Es enorme, tiene más de dos kilómetros de punta a punta y hay de todo. Es una verdadera pena cómo está", explica con pasión Santiago Grisolía. La pelota está ahora, una vez más, en el tejado de políticos y empresarios.

De Aníbal a la invasión francesa

Lo que hoy no son más que un montón de ruinas se alzan en la parte más alta de Sagunt, justo encima del controvertido Teatro Romano. El castillo fue testigo de las luchas de los saguntinos con Aníbal y base de operaciones de iberos, romanos, visigodos y árabes. A comienzos del siglo XIX fue ocupado por las tropas francesas en la Guerra de la Independencia, e incluso hay cañones que datan de las guerras carlistas. Finalmente, fue declarado Monumento Nacional en 1931. CONSULTA AQUÍ MÁS