Según informó la Benemérita, el detenido se personó en el Puesto de la Guardia Civil el pasado 8 de agosto para denunciar que una banda de Europa del Este le exigía dinero bajo amenazas de muerte, desde hacía 5 años, por una deuda contraída por su padre, ya fallecido.

Así, el detenido afirmó que recibía llamadas telefónicas de forma periódica en las que un individuo le reclamaba diferentes cantidades de dinero y concertaba citas para efectuar la entrega. Según él, en una de las citas, acaecida en el mes de junio, varias personas le introdujeron en un coche y le pusieron una pistola en la cabeza.

De esta forma, el detenido afirmó haber entregado a sus captores un total de 7.800 euros, para lo que aportó como prueba los movimientos de su cartilla de ahorros.

Los agentes del Area de Investigación se hicieron cargo de las pesquisas y descartaron la autoría de una banda organizada en poco tiempo, aunque no desecharon la veracidad de las extorsiones denunciadas por el detenido.

Admitió la falsedad de su denuncia

Tras encontrar lagunas en las declaraciones, los agentes citaron al denunciante para aclarar algunos extremos que les ayudaran en sus investigaciones. Al contrastar las gestiones realizadas hasta el momento con el testimonio aportado, los agentes concluyeron que el supuesto extorsionado mentía. Así, el detenido, P.J.C., admitió la falsedad de sus denuncias y fue detenido bajo el cargo de simulación de delito.

Según la Guardia Civil, el móvil de la denuncia fue un intento por disimular sus pérdidas en el juego. Ahora, en detenido deberá enfrentarse a una pena de multa de entre tres y seis meses, si se le imputa una falta, o de entre doce y 24 meses si se le imputara un delito menos grave. En caso de que se estime que ha incurrido en un delito grave, P.J.C. deberá afrontar una pena de prisión de seis meses a dos años y una multa de doce a 24 meses.