La pequeña estaba jugando junto a sus padres, su hermana y su perro en un parque de la localidad inglesa de Chester-le-Street cuando cayó por el sumidero, oculto bajo un enorme charco de agua.
"Metí mi brazo en el agujero, pero no había nada. Entonces vi como al perro se lo tragaba el mismo agujero", añade. Mark Baxter se dio cuenta enseguida de que si la pequeña iba a salir expulsada por algún sitio sería por el río Wear, muy próximo, así que corrió hacia allí.
La alcantarilla era tan estrecha que la cara, los brazos y las piernas de Leona Baxter sufrieron cortes y heridas. Aplastada y ahogándose, la niña se golpeó contra una piedra en el túnel y finalmente dio a parar al río.
Primeros auxilios
Allí, vio lo que parecía ser el abrigo de su hija. "Supe que estaba dentro. Estaba flotando boca abajo en el río", afirmó. Saltó al río y cogió a su hija, que estaba "completamente quieta y no respiraba". Su esposa practicó los primeros auxilios a Leona, que tosió, lloró y escupió agua. Luego llegaron los bomberos, los servicios médicos y la Policía.
La pequeña se recupera ahora en el Hospital Universitario de North Durham y recuerda casi totalmente lo que ocurrió. Su madre dijo que ella y su marido se sienten "los padres más afortunados del mundo". El perro, en cambio, no sobrevivió.
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