Despedida huertana para Pedro y Violante

  • Los ancianos de casi 90 años han sido obligados a dejar su casa.
  • El Ayuntamiento de Murcia se la ha expropiado.
  • La tirarán el viernes.
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Pedro y Violante (derecha) en la puerta de su casa acompañados de familiares y miembros de la plataforma 'Murcia No se Vende'
Pedro y Violante (derecha) en la puerta de su casa acompañados de familiares y miembros de la plataforma 'Murcia No se Vende'
Pedro y Violante (derecha) en la puerta de su casa acompañados de familiares y miembros de la plataforma 'Murcia No se Vende'
Sentadicos en un viejo sofá verde, resignados y con
lágrimas en los ojos mientras sus hijas terminaban de descolgar los
últimos cuadros de la pared de la casa donde nacieron. Pedro, de
88 años, y su mujer, Violante, de
85, abandonaron ayer, obligados por el Ayuntamiento de Murcia, la
vivienda que han ocupado desde 1946.

El Consistorio tirará mañana su casa porque por ella pasará la avenida Miguel Induráin. "Estoy con la sangre ardiendo. ¿No les da vergüenza echarme de mi casa?", se preguntaba el anciano.

Violante, sin embargo, estaba contrariada por la cantidad de personas que fueron ayer a apoyarla, ya que familiares y una decena de miembros de la plataforma de Murcia No se Vende acudieron vestidos de huertanos para protestar por la expropiación.

"Huertanos de verdad"

"A la estatua de los huertanos que han retirado por las obras del parking de La Libertad le han encontrado un sitio en el jardín de la Pólvora. A Violante y a Pedro, huertanos de verdad, los echan", decía Paco Méndez, de la plataforma.

"Yo no me quiero ir de mi casa, pero si estorbo que me manden a otra, pero aquí, en Churra", decía Pedro.

"Mis padres han vivido aquí toda su vida. Han criado a cuatro hijos y han cultivado de todo en el huerto. Han llevado una vida muy austera y esto es una injusticia. Además, mi madre, que hacía de comer y barría, ha pegado un bajón muy grande desde que todo empezó", explica Violante Camacho, hija de los ancianos.

Mientras, su madre espera en su sofá a que la lleven a casa de una hija. "Mira, el gatico este lleva todo el día encima de mí. Los animales son muy listos y saben que algo malo va a ocurrir", sentencia Violante.

Esperan por un contencioso

En 2006 el Ayuntamiento decidió expropiar la casa donde viven Pedro y Violante a cambio de un piso de realojo. Los ancianos recurrieron la expropiación y en noviembre de 2007 un juez les dio la razón, pero el Ayuntamiento recurrió y el TSJ amparó al Consistorio. Ahora, sólo les queda esperar la resolución de un contencioso que, si les es favorable, les asegura una indemnización.

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