Betancourt, que fue liberada este miércoles, junto con otros catorce rehenes de la guerrilla colombiana, en una operación del Ejército de Colombia, los estaba esperando a pie de pista y ha subido rápidamente al avión para abrazarlos en la intimidad.
Nada más bajar del aparato, la política colombiana, muy emocionada, ha dicho: "doy gracias a Dios por este momento tan bello. Mis hijos son mi luz, mis estrellas". Después con voz quebrada y sin dejar de tocarlos, añadió: "Por ellos he seguido todo este tiempo".
A continuación, y ya entre risas, comentó que se iba a 'acurruchar' con Lorenzo (su hijo) en la cama. "Espero que su novia no se enfade", dijo. "Es difícil creérselo. Estamos muy emocionados", dijo su hija Mélanie Delloye.
"No tiré la toalla, acepté que podía morir"
"Cada minuto de mi secuestro ha sido un horror", afirmó Betancourt en declaraciones a Radio Caracol. No obstante, subrayó que lo peor fue "la separación de las personas que uno ama".
La colombiana, que tuvo palabras de agradecimiento para los españoles por su apoyo, se refirió a sus secuestradores de la siguiente forma. "El ser humano puede llegar a grados de depravación intensa... Nunca traté a mi perrita como me trataron a mí", explicó entre lágrimas y con la voz entrecortada. Betancourt emprenderá
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