De todas ellas, un 85% estaban situadas en las provincias de Huesca, Lleida, Girona y Granada. «Reúnen un 56% de las estaciones localizadas y el 75% de los kilómetros esquiables», explica el director de proyectos de la consultora, José Ramón Ruiz-Fornells.

 

Durante los últimos años, el volumen de negocio de las estaciones ha crecido entre el 5 y el 10% hasta alcanzar los 170 millones de euros. El estudio prevé el desembarco de las grandes promotoras nacionales –que hasta ahora tienen una presencia limitada– en la construcción de nuevos complejos. Ahora mismo, las más destacadas son Fadesa y Nozar.

 

 

El sector lucha para que los turistas lleguen a la montaña, haya nieve o no. Por ello, trabaja para ofrecer una oferta alternativa al sol y la playa basada en la naturaleza, la aventura, la salud o deportes como el golf.

 

Ahora bien, nunca llueve a gusto de todos: los habitantes autóctonos aseguran que esta peculiar explosión urbanística ha encarecido sobremanera los precios de la primera vivienda. Esta reflexión se une a una de las conclusiones del reciente Congreso Internacional del Turismo, celebrado en La Seu d’Urgell (Lleida). Allí se ha abogado por fomentar los hoteles porque dinamizan la economía y son más respetuosos con el medio ambiente.

 

Pese a que entre los años 2001 y 2004 apenas se han abierto establecimientos hoteleros, el estudio elaborado por DBK pronostica que en las dos próximas temporadas se inaugurarán una veintena de estos alojamientos (ahora hay 57 con 3.455 habitaciones).

 

Esta tendencia puede favorecer también a zonas menos explotadas, como la Cordillera Cantábrica, si aprovechan «el gancho del golf, el spa y el turismo de montaña», concluye José Ramón Ruiz-Fornells.