"Tranquilos, que yo estoy bien", decía José González Padrón, 'Pepe', al grupo de gente que se había reunido al pie de la calle. El anciano, de 77 años, se había sentado a descansar en el balcón de su casa en la capital cubana cuando el suelo se vino abajó y se precipitó al vacío.
La suerte, no obstante, estuvo de su parte: el hombre, pese a llevar unas muletas, acertó a cogerse a un saliente de hierro de la fachada y se quedó sentado en un cable, mientras la gente se arremolinaba bajo su casa.
"No me di cuenta de nada"
"Cuando llevaba como tres minutos sentado, ¡blum!, pa'bajo. Yo no me di cuenta de nada. Fue todo tan rápido que apenas atiné a sostenerme con una mano de uno de los cables, el más gordo de los dos, y con la otra de un hierro empotrado al edificio, sin dejar caer las muletas", comentó el anciano tras el percance al diario Juventud Rebelde.
El hombre estuvo esperando casi media hora hasta que unos obreros de la construcción se acercaron a la zona con una excavadora mecánica y consiguieron bajarle. La única consecuencia que sufrió el hombre fue una elevación de la tensión cardíaca, según reflejaron los servicios médicos cuando se presentaron en el lugar.
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