Así lo reveló el delegado provincial de Educación en funciones, Francisco Maldonado, quien aseguró que la propia Junta de Andalucía y la dirección del centro conocían los hechos desde que la tutora de la clase alertó el pasado 21 de febrero a los padres de los abusos supuestamente sufridos por su hijo, tal como confesó otro alumno que presenció el suceso.

El responsable provincial de Educación señaló que, a pesar de que la presunta violación se produjo fuera de recinto escolar y en horas no lectivas, el Servicio de Inspección de la Delegación activó un protocolo de actuación para establecer las medidas oportunas y dio aviso a la Guardia Civil de los detalles que conocía la profesora.

Maldonado relató que, en principio, la Inspección de Educación ofertó tanto al menor que había sido agredido como a su presunto agresor el cambio de colegio, ya que consideró que tal vez la presunta víctima querría "alejarse del entorno" donde estaba el acusado, con el que el delegado afirma desconocer si había otros niños implicados en el momento de la supuesta violación, algo que, a su juicio, tendrá que dirimir la investigación de la Guardia Civil.

Causa archivada

No obstante el niño de diez años dejó de ir a clase porque según los profesores tomaba una medicación "muy fuerte" que le impedía ir al colegio, aunque su madre recogía deberes y tareas para que estudiara en casa. El presunto agresor, por su parte, sigue las clases con normalidad tras ser expulsado unos días.

Una vez que la Fiscalía de Menores archivara la causa contra el supuesto abusador por no tener la edad mínima de 14 años exigible para la imputación del delito, el delegado confirmó que lo trasladará a otro centro, que declinó precisar por respeto a su intimidad.

Los hechos sucedieron, presuntamente, días antes del pasado 21 de febrero cuando, según la madre, un grupo de cuatro niños, de entre 13 y 15 años, condujeron a su hijo a una cabaña con el pretexto de que habían ocultado allí su bicicleta, supuestamente le penetraron analmente, le obligaron a hacerles tres felaciones y le amenazaron con que tenía que robar dinero para ellos si no querían que la presunta agresión se repitiera.

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