Un centenar de tractores y más de 800 personas se han movilizado este domingo, 2 de marzo, en los dos puentes más emblemáticos que cruzan el río Ter en el Baix Empordà, el de la C-31 en Torroella de Montgrí y el de la C-252 a la altura de Verges.

El objetivo de la movilización ha sido reclamar el retorno del agua del Ter, expresar su descontento por la “falta de previsión” de la administración en la sequía que sufre Catalunya y criticar la pretensión del Gobierno de penalizar all campesinado en el repartimiento del agua.

“Queremos conseguir que la sociedad catalana sepa que la situación del Ter es insostenible”, ha comentado el portavoz de la comunidad de regantes del Baix Ter, Narcís Illa.

“No podemos permitir ni un día más que se agote el agua del río debido a un trasvase brutal hacia Barcelona y que, como consecuencia de eso, los campesinos y los regantes tengamos que perder el fruto y el esfuerzo de muchos años de trabajo”.

Los manifestantes han cortado de forma intermitente las dos carreteras y han repartido manzanas entre los conductores. Igualmente se adjuntaban copias de un manifiesto en que se denunciaba la “injusta” gestión del agua de la Agencia Catalana del Agua y dónde se insiste en el hecho de que si el agua del Ter se la lleva Barcelona “el río se acabará muriendo”.

“Puede significar su muerte biológica. Mucha política del agua y de no a los trasvases y resulta que a Catalunya des de hace muchos años hay un trasvase brutal, de más del 70% de su cabal”.

Illa se ha negado a dar por pérdida la cosecha de este 2008 aunque la Agencia Catalana del Agua sólo ha garantizado un 10% de los 45 hectómetros cúbicos de agua que necesitan para mantener las 15.000 hectáreas. En caso de no disponer del agua necesaria las pérdidas se cifrarían en 50 millones de euros.

Unió de Pagesos y Joves Agricultors se sumó a las concentraciones. El sindicato agrario aprovechó para reclamar un pacto nacional del agua para hacer un repartimiento más justo.

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