El príncipe Enrique de Inglaterra volverá a casa. Sus deseos de combatir en el frente sólo han podido cumplirse durante dos meses: justo el tiempo que ha tardado en saberse que está en primera línea de combate en la peligrosa provincia afgana de Helmad.

Todo se supo gracias a Drudge Report, la misma página web que aireó el escándalo de Monica Lewinsky y difundió la imagen de Barack Obama vestido con turbante. Sólo se han necesitado 24 horas para que el mando del Ejército británico haya dado la orden de que el joven Enrique vuelva a casa.

Quiso combatir en Basora

El príncipe, tercero en la línea de sucesión tras su padre y su hermano, tiene 23 años y ostenta el rango de subteniente de caballería. Los informes acerca de su comportamiento son "ejemplares", según declaró este jueves el ministro de Defensa británico después de que se conociera la noticia. Según dijo, Enrique ha estado "completamente implicado", corriendo "los mismos riesgos que cualquier otro" y llevando a cabo "las mismas tareas que cualquier otro oficial de su rango y experiencia".

Enrique había manifestado en varias ocasiones su deseo de ir a Irak a combatir, pero justo cuando iba a ser enviado con su regimiento a Basora, en el sur del país, los mandos militares decidieron que no podían asumir el riesgo de que el joven príncipe se convirtiera en un objetivo para los insurgentes iraquíes.