Carpeta a carpeta, documento a documento, 25 personas trabajan mañana y tarde para recuperar los 8.000 expedientes de la Audiència de Barcelona que resultaron dañados por una inundación el 18 de abril. Aquella madrugada, una cañería subterránea de la calle Almogàvers reventó y la presión abrió una enorme grieta en una pared de los archivos judiciales, situados en el subterráneo del Palau de Justícia, en el Passeig Lluís Companys.
La tromba de agua inundó ocho habitaciones hasta casi medio metro de altura. El resultado: expedientes todavía en tramitación de siete secciones penales, una civil y la sala de lo social empapados, muchos impregnados de barro y la mayoría, por culpa del calor y la humedad, afectados de hongos.
Aún hoy, y hasta finales de julio, personal contratado especialmente para recuperar esos importantes documentos –en los expedientes hay escrituras, planos, resguardos bancarios, pasaportes...– participa en un proceso que pasa por limpiar el barro con agua a presión, secar –primero al aire y con papel secante y luego a mano, hoja a hoja– y tratar con una solución alcohólica los documentos afectados por hongos para evitar su proliferación.
El seguro de Aigües de Barcelona y del Ajuntament tendrán que cubrir buena parte del elevado coste de la operación, que de momento ha adelantado Justícia. CCOO critica el estado de «dejadez» de los edificios judiciales.
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