Britney Spears es noticia, pero en los últimos tiempos las causas siempre son negativas. La cantante no levanta cabeza y roza un peligroso estado de salud mental.

La última información la sirve su madre, Lynne Spears. Según informa la agencia Efe, citando a su vez a la revista People, Lynn declaró que Sam Lufti, amigo íntimo de su hija, la drogó con medicamentos y abusó de ella verbalmente. Así consta en la petición de orden de alejamiento contra él, que se pidió la semana pasada y que se difundió ayer.

En la declaración, Lynne Spears señala que, cuando llegó a casa de su hija el pasado 28 de enero, la encontró hablando como una niña pequeña y cambiando la ropa a su perro varias veces.

La cantante se encuentra ingresada en la planta de psiquiatría del centro médico UCLA de Los Ángeles desde comienzos de mes. Representa un peligro, según su psicóloga, no sólo para ella misma, sino para las personas de su entorno; se le ha diagnosticado un trastorno bipolar.

Dadas las circunstancias, la semana pasada se nombraron tutores de la cantante al padre de Britney y a un abogado. El juez dictó también la orden de alejamiento contra Sam Lufti, el amigo.

Al parecer, y siempre según la madre de Britney Spears, Sam Lufti «la estaba atiborrando de medicamentos como Risperdol y Seroquel. Se los ponía en las comidas y por eso, decía él, había estado tan tranquila los últimos días».

¿Han estado drogando a Britney?

«El médico que la trata quiere inducirle un coma para poder darle medicamentos que le curarán el cerebro», así parece que se expresó el amigo íntimo de Britney Spears, Sam Lufti, según afirma la madre de la cantante. También ha declarado que el día que llegó a su casa estaban en plena discusión, y que Sam le decía a Britney que su madre era un trozo de basura. En la misma discusión, Britney cogió un bote de medicamentos y preguntó: «¿Qué es insomnio?», a lo que Sam respondió que era para mantenerla «despierta, divertida y contenta».