Prácticamente ya no queda nadie que ponga en duda que el boom de la construcción pasó a la historia tras muchos años de bonanza. El fuerte descenso de la demanda de viviendas que se empezó a vivir el ejercicio pasado ha cogido por sorpresa a muchas inmobiliarias, que se han visto abocadas al cierre. El presidente del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Córdoba, Rafael Luque, indica a 20 minutos que a lo largo de 2007 ha desaparecido un 20% de las empresas del sector en la provincia.

Este experto señala que se ha producido «un reajuste» en el sector, de modo que las firmas que han cerrado son aquellas «que afloraron hace algunos años atraídas por el boom de la construcción, pero sin experiencia».

Desde 1999 se produjo un incremento muy considerable de las empresas dedicadas a la venta de viviendas. Entre ese año y 2006 las firmas de este sector se cuadruplicaron en Córdoba, hasta alcanzar un total de 2.589, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). De esta manera, se calcula que unas 500 oficinas han pasado a la historia, lo que ha traído consigo la eliminación de un millar de empleos.

Por todo ello, Luque se atreve a hablar de «crisis», aunque es optimista de cara al futuro, ya que «la previsible bajada de tipos de interés ayudará a reactivar el sector y tranquilizar los ánimos».

Bajan los precios

El parón inmobiliario también se ha notado en los precios. Un reciente estudio del Ministerio de Vivienda señalaba que el valor del metro cuadrado en la provincia había descendido un 2,1% en el último trimestre de 2007 después de varios años de constantes subidas.

Caída en picado de la edificación

Todo indica que los constructores han empezado a verle las orejas al lobo, puesto que el ritmo de edificación durante el pasado año cayó considerablemente en Córdoba. Un estudio del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos indica que hasta septiembre se visaron en la provincia 5.846 inmuebles, un 38% menos que en el mismo periodo de 2006. Fuentes del sector reconocen que este freno es lógico, debido a que «el ritmo de construcción en los últimos años era excesivo».