Que el catalán se hable no únicamente en clase y que se convierta en la lengua vehicular de los alumnos catalanes. Este es el principal objetivo del plan de inmersión lingüística que el próximo 6 de febrero empezará a implantarse y que llegará, incluso, a los patios de las escuelas, gran punto débil del catalán.

Por ahora se han formado ya a 17 maestros que impartirán clase al resto de docentes (hasta 3.000 en seis años) para enseñarles métodos didácticos que después pondrán en práctica en las escuelas con un elevado índice de alumnos inmigrados.

"Los formadores propondrán juegos y una metodología pedagógica para que los profesores promuevan el uso del catalán incluso en el patio o el comedor", exponía ayer el director general de Innovació Educativa, Joan Badia, a 20 minutos, y confirmaba que la comunicación entre alumnos generalmente es en castellano.

Formación de monitores

Por este motivo, el vicepresidente de la Fundació Catalana de l’Esplai, Carles Barba, dedicada a formar a los monitores que pasan una media de 3 horas con los alumnos en el patio, el comedor y las actividades extraescolares, recordaba que «la educación no se acaba en clase, sino que es determinante en los espacios más informales» y reclamaba que la Generalitat incluya a los educadores en el Plan.

El programa alcanzará a 84 centros de Infantil y Primaria repartidos por Catalunya (500 hasta el año 2013).

El conseller d’Educació , Ernest Maragall, afirmó que el Plan refuerza la integración de los inmigrantes. Y arremetió contra la promesa "segregacionista" , según él, lanzada por Mariano Rajoy (PP) sobre la obligatoriedad por ley de la enseñanza del castellano y le acusó de "querer dividir al pueblo catalán".