En menos de 24 horas un nuevo incendio dejó durante casi una hora sin luz a 1.500 abonados, unas 6.000 personas, del distrito de Salamanca. El fuego se originó en un transformador que Unión Fenosa tiene a la altura del número 23 de la calle de Conde de Aranda. El lunes, 60.000 abonados de Chamartín y Tetuán, unas 250.000 personas, se quedaron a oscuras porque una excavadora rompió una línea de alta tensión por las obras de reforma de la M-30.
El incendio de ayer se declaró hacia las 16.30 en un cuarto de 30 m2 situado a cinco metros bajo tierra. Los bomberos que se desplazaron a la zona –seis vehículos y 24 hombres– echaron espuma a través de los conductos para controlar y extinguir las llamas. Dos de ellos resultaron heridos leves por quemaduras.
Dos explosiones precedieron al fuego, que según las primeras investigaciones se habría producido por un exceso de consumo eléctrico. Las llamas quedaron extinguidas en dos horas, si bien el humo inundó durante ese tiempo la calle de Velázquez, donde el tráfico estuvo cortado casi tres horas. Unos 500 usuarios estuvieron sin servicio hasta pasadas las 19.00.
Las consecuencias del gran apagón
Cerca de 250.000 personas estuvieron sin luz hasta cinco horas después de que una excavadora pinchase el lunes un cable de alta tensión de Iberdrola, mientras trabajaba en las obras de la M-30. Los usuarios pueden reclamar en el teléfono 901 202 202 o en la oficina de Castellana, 203.
José Carlos Rabanedo Turrado. Gerente de un sex-shop. «He tenido pérdidas de entre 400 y 500 euros porque el corte afectó a las 11 cabinas del negocio, al aire acondicionado, y a todo, así que los clientes dejaron de venir a medio día, que es hora punta».
Mercedes Rodríguez González. Dependienta de una tienda de productos ecológicos. «Fue un caos. No teníamos ordenador, había que buscar los precios a mano, la gente dejó de comprar... Perdimos unos 1.000 euros en las dos horas que no tuvimos suministro».
Juan Antonio Aguirre Pinilla. Camarero de un bar. «Hemos perdido poco dinero porque nosotros llenamos las cámaras al día y no se puso la comida mala. A pesar del apagón, dimos almuerzos porque pusimos planchas portátiles que funcionan con gas».
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