Dificultad para relacionarse, soledad, fracaso escolar, baja autoestima e incluso síndrome de abstinencia... el 8,1% de los jóvenes madrileños entre 12 y 25 años presenta alguno de estos síntomas, lo que lo convierte en un serio candidato a convertirse en un adicto al teléfono móvil, según refleja un estudio realizado por Madrid Salud y presentado ayer por el Ayuntamiento de Madrid.

Así, según este estudio, un total de 76.876 jóvenes de la región utilizan el móvil «de forma excesiva o compulsiva», y estarían «en riesgo» de convertirse en adictos. La evasión y la soledad aparecen como los principales motivos por los que los jóvenes se enganchan a su uso.

«El móvil es la tecnología más usada por los jóvenes, (un 95,5% tiene al menos uno), por lo que también es el que entraña mayores riesgos de caer en una adicción», afirma Francisco Babín, director del Instituto de Adicciones de Madrid Salud.

Tras el móvil, Internet es el segundo medio más peligroso: un 4,5% de los jóvenes entrevistados presenta algún indicio de adicción a la Red. Un 4,1% tiene también problemas con el chat y un 3,7%, con los videojuegos.

Falta de autoridad

La falta de autoridad de los padres y su desconocimiento de las nuevas tecnologías es uno de los principales factores que explican este ‘enganche’ de los jóvenes, «se trata más de saber controlarles su uso que de limitárselo. Abrir una cuenta conjunta de e mail es un buen ejemplo», según Babín.

Los padres que quieran detectar si sus hijos abusan de las tecnologías pueden acudir al Programa de Prevención de las Adicciones, calle Doctor Esquerdo, 43 (Salamanca) o llamar al teléfono: 913 659 200.

Solitarios y malos estudiantes

El perfil del adicto a las nuevas tecnologías es el de un chico o chica de entre 12 y 25 años con baja autoestima, solitario e introvertido. También suele estar descontento con su físico e ir mal en los estudios. Sin embargo, la pista clave que puede ayudar a detectar a un posible adicto es que más de la mitad de los jóvenes con este tipo de problemas consume también drogas (incluidas alcohol y tabaco), una cifra que desciende al 14,5% entre quienes no muestran síntomas de adicción a las nuevas tecnologías.