La Ronda, repleta de bazares y tiendas de moda, pasa a ser la Chinatown de Sevilla

Sara, como le gusta que la llamen en España, tiene 28 años y desde hace tres regenta el Bazar Oriente, en la Ronda de Capuchinos. Estas Navidades, como abrirá casi todos los días, ha mandado a sus hijos con su suegra a Zhe Jiang, cerca de Shanghai, en China.

«Como no tengo un sueldo fijo como los sevillanos, tengo que trabajar mucho para pagar 1.000 euros del alquiler del local y 500 del piso», explica la joven a 20 minutos.

No es la única familia china que se gana la vida en la Ronda. Ya hay 13 comercios entre supermercados, bazares y tiendas de moda y multiprecio, lo que ha convertido esta zona en la nueva Chinatown de Sevilla.

En todos los locales regentados por chinos llaman la atención tres detalles: lo grandes que son (algunos miden hasta 300 m2), el poco personal que hay trabajando y la cantidad de artículos que venden. Tienen moda, complementos, zapatos,  lencería, menaje y hogar, artículos de regalo, droguería y limpieza, ferretería, alimentación, bebidas, panadería, frutería, chucherías, papelería y hasta marquetería.

En el supermercado de Ya Jun, de Shanghai, hay maletas, ropa interior, botines, alfombras, perfumes, medias, etc. Las prendas de vestir están «a precio de fábrica». Hay  botas a 12 euros, trajes de fiesta a 14, vaqueros a 9,90 o chándales de niño a 7.80.

Aprovechando la Navidad,  venden disfraces de Rey o de Papá Noel, el árbol, las luces o la lencería roja para el día 31.

En Sevilla viven aproximadamente unos 5.000 chinos. Sólo en el Polígono Store hay 50 almacenes de ropa y una veintena de artículos a uneuro, según Yuan, el nuevo presidente de la comunidad china en Sevilla.     

Los comerciantes se quejan de la competencia desleal

Muchos comerciantes de la Ronda critican la forma de trabajar de sus nuevos vecinos: «Abren las 24 horas del día, no respetan las jornadas de fiesta, contratan a ilegales a los que pagan muy poco y a veces hasta explotan a sus hijos menores. Con eso no se puede competir. No nos quejamos de que vendan, sino de la competencia desleal», dicen José y Juan.

Paco, del Bazar Ronda, critica la mala calidad de sus productos y el mal trato que dan a los clientes. «Cuando venden saben español, cuando hay una devolución, no te entienden», explica este comerciante.

Aprocom, la asociación de comerciantes, pide a la Junta que haya más inspectores controlando estos negocios y que les obliguen a cumplir la ley del comercio.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento