El Seprona llevó a cabo hace unos días la inspección de las instalaciones de una finca particular ubicada en La Ribera, donde se habían construido varios habitáculos compartimentados destinados a 'perrera-hotel'.

En presencia del propietario se comprobó que en ese momento residían 19 ejemplares caninos adultos, de diferentes razas, distribuidos en los 11 compartimentos levantados para albergar los animales.

Cada compartimento era alquilado a un único amo, para la estancia de sus canes, por lo cual el arrendador cobraba por mes una cantidad de dinero; la limpieza y alimentación corría a cargo de cada dueño.

Al solicitar la documentación necesaria para desarrollar la actividad laboral, la de núcleo zoológico, licencia ambiental y licencia de actividad y apertura, no pudo mostrarlas por carecer de ellas, a pesar de llevar varios años con "el negocio".

Por el contrario las instalaciones cumplían las garantías de salubridad, higiene, acondicionamiento y espacios necesarios para los canes residentes, que se encontraban bien cuidados y aparentemente sanos.

Chequeados, se verificó que muchos carecían del preceptivo microchip identificativo, de alguna de las vacunas reglamentarias o bien de la licencia por tenencia de perros peligrosos y seguro de los mismos.

Se han detectado 18 infracciones (4 dirigidas al titular de la residencia ilegal y 14 a los dueños de los canes), puestas en conocimiento de las administraciones competentes.