Las investigaciones arrancaron al tener conocimiento los agentes de que estos comercios vendían artículos falsos al por mayor de marcas sin ser titulares de sus derechos de explotación de propiedad industrial.

Una vez localizados, los policías realizaron una inspección en los dos establecimientos comerciales e intervinieron en el interior más de 6.000 artículos presuntamente falsificados.

Sus gerentes, ambos de origen chino, fueron arrestados como presuntos autores de dos delitos contra la propiedad industrial. Tanto la mujer como el hombre carecen de antecedentes policiales y fueron puestos en libertad tras declarar, no sin antes ser advertidos de la obligación de comparecer cuando sean requeridos.