La cadena Cuatro estrena este jueves Grupo 2: Homicidios (22.45 h), una serie de ficción documental que recrea las investigaciones de algunos de los hechos delictivos más duros ocurridos en la españa de los años 80. Crímenes pasionales, muertes violentas, secuestros, desapariciones...

"No queríamos hacer una serie policial al uso y queríamos darle un giro, así que contactamos con un grupo de policías que habían trabajado en homicidios en los 70, 80 y 90 para que nos explicaran cómo era la labor de la policía. Y nos dimos cuenta de que la realidad siempre escribía las historias más duras y pensamos en hacer una serie policial con parte de ficción y parte de la realidad", explica Roberto Roldán, director de la serie.

"Así que hicimos una serie de ficción, con guiones, actores, tramas... pero con un elemento protagonista nuevo, que es la realidad", rememora Roldán.

"La época nos interesaba porque entonces no había CSI, ni pruebas de ADN. Las investigaciones eran artesanas y complejas y aún así llegaban a buen puerto", hace ver Roldán. No en vano, el Grupo 2 de Homicidios, con sede en Zaragoza, trabajó durante veinte años con un resultado de resolución de los casos superior al 90%.

Grupo 2: Homicidios tiene su germen en un episodio del mismo creado por la productora Factoría Plural para la televisión de Aragón y que se estrenó el año pasado, aupando a la autonómica a un 22,6% de cuota de pantalla y más de 2,5 millones de impactos en Twitter. Ahora, la misma productora ha recreado seis nuevos casos.

¿Por qué atraen al público estas crudas historias? "La crónica negra está teniendo un resurgir", explica el director de la serie, que analiza que "hay algo que nos llama la atención, quizá sea que tiene intriga, acción, investigación y el interés de que fueran hechos que pasaron realmente".

A eso hay que sumar el hecho de que, en opinión de Roldán, "en España no se mata más que en otros países, pero se mata de forma diferente", de forma que "hay algo cinematográfico en todos los casos, sin tener que inventar superpolicías ni tramas muy complicadas".

"Vamos a ver seis casos distintos que tienen investigación e intriga como cualquier serie de ficción y van desde el crimen de Caspe, que es la desaparición de una chica que apareció muerta años después. Vamos a ver la muerte de un matrimonio que es acuchillado al salir de su casa, en el 92. Y en el 81, el secuestro de un famoso futbolista de Enrique Castro, 'Quini', que estuvo 25 días en un zulo y al final los policías resolvieron el caso".

Dos de los personajes de la serie recrean a policías reales que trabajaron en el Grupo 2. Es el caso del Inspector Jefe Andrés Martín, que inspira el personaje del agente Aberto Campo. "Lo que he visto de la serie se aproxima muchísimo a la realidad. Creo que está muy conseguido. Todo el tiempo del rodaje hemos trabajado en paralelo con los actores y creo que ellos se han imbuido del espíritu policial", explica el policía. "A Jorge Usón, que es el actor que hace de mí en la serie, le han llegado a decir que hasta la luz es de los ochenta".

Y aunque lo reflejado se ajuste mucho a la realidad "los hechos reales no se pueden exprimir a tope porque hay personas y bienes morales que hay que proteger", explica Martín, que además hace ver que "no se dan pistas a los criminales, tenemos buen cuidado en no darlas. Se cuenta la historia, pero no se llega a los pormenores de las técnicas de investigación. Procuramos no enseñar, no somos una escuela del crimen".

De aquella época, el inspector recuerda que "cuando trabajas en homicidios trabajas en la parte más dura, porque las grandes tragedias tienen que ver siempre con la vida humana. A eso no te acostumbras nunca".

Y es que "trabajar con los familiares de las víctimas era durísimo, porque estos hechos horribles dejaban grandes tragedias humanas, familias destrozadas, casos de niños pequeños abandonados...".