Según ha informado el Ayuntamiento, el informe realizado por la Jefatura de la Policía Local ha apuntado que la actuación comenzó este miércoles cuando se recibió una llamada telefónica a las 13,00 horas, procedente de un vecino de la localidad, alertando que acababa de pasar por la zona una furgoneta vendiendo mercancía mediante la utilización de megafonía.

Los agentes se personaron en el lugar indicado por el vecino, observando cómo el conductor de la furgoneta se encontraba realizando la venta ambulante de melones y patatas mediante sistema de megafonía para el reclamo de los posibles clientes.

Tras identificar al conductor, quien no aportó ningún tipo de documentación que acreditase estar autorizado para realizar dicha actividad, se procedió a la intervención de aproximadamente 300 kilos de melones y ocho mallas de unos 15 kilos de patatas cada una, por no ser aptas para su comercialización al carecer de cualquier tipo de registro de procedencia así como desconocer el estado sanitario en el que se pudiera encontrar la mercancía.

Por tanto, los agentes procedieron a levantar acta de intervención de la mercancía, acta denuncia por infracción a las ordenanzas municipales de venta ambulante y oficio de remisión de la mercancía al lugar donde ésta fue designada por el inspector de Salud Pública del SAS.

Desde la Jefatura de la Policía Local han vuelto a informar a los ciudadanos del riesgo de cualquier relación con la venta ambulante no autorizada, principalmente por el perjuicio que ello representa para los intereses económicos y la salud de los consumidores, pidiendo a los mismos vecinos que rompan con su relación comercial con el vendedor ambulante no autorizado.

La realización de estos controles y sus correspondientes sanciones sirven de aviso para la venta ambulante no autorizada. No obstante, sólo la concienciación y colaboración de los consumidores y su rechazo hacia el vendedor ilegal podrá conseguir erradicar esta actividad.