El total de consultas y reclamaciones que la organización ha atendido entre los meses de enero y junio de este año supone prácticamente el triple de las atendidas en el mismo periodo de 2016, según ha informado este martes en una nota.

En este sentido, las reclamaciones presentadas contra la banca (545) representan el 78,08 por ciento del total de las planteadas por Facua en este periodo. "Nunca antes se había registrado una cifra tan alta de reclamaciones contra la banca. La mayor parte de ellas está motivada fundamentalmente en la reclamación del dinero cobrado fraudulentamente por las cláusulas suelo y los gastos de formalización de las hipotecas", ha señalado la asociación.

A las reclamaciones a la banca le siguen las relacionadas con los temas de telecomunicaciones, que han acaparado el 8,2 por ciento del total, generalmente por incumplimiento de las ofertas comerciales, la facturación de servicios no solicitados por los usuarios y la aplicación de penalizaciones abusivas cuando solicitan la baja.

El tercer lugar de las preocupaciones de los usuarios jiennenses lo ocupan las compañías de suministro energético, que en el primer semestre del año motivaron el 5,6 por ciento de las reclamaciones. En su mayor parte, las quejas están relacionadas con los engaños a los usuarios para que cambien de comercializadora de electricidad o gas con promesas de tarifas más bajas, que en realidad incrementan las facturas.

El sector de los vehículos ocupa el cuarto lugar entre las denuncias recibidas por Facua Jaén, con un tres por ciento del total. Por detrás, se encuentran los electrodomésticos (0,8 por ciento), seguros (0,7) y los artículos de hogar y ropa, agua y ocio, con un 0,43 por ciento de reclamaciones cada uno de ellos.

"Los fraudes masivos que sufren los consumidores aumentan como consecuencia de la inacción de las autoridades competentes en el Gobierno de España y la Dirección General de Consumo de la Junta de Andalucía", ha lamentado la asociación de consumidores.

Al hilo, ha denunciado "la falta de mecanismos eficaces de control del mercado y la escandalosa tibieza de las administraciones en los pocos casos en que aplican multas, cuya cuantía es insignificante en comparación con los beneficios ilícitos que obtienen las empresas".