El bebé británico Charlie Gard, que sufría una rara enfermedad congénita incurable y falleció este viernes en un hospital de Londres, será enterrado junto a sus monos de peluche, que se convirtieron en todo un símbolo de la lucha de sus padres por evitar que fuera desconectado de las máquinas que le mantenían con vida y fuera trasladado a Estados Unidos para recibir un tratamiento experimental.
En las imágenes que trascendieron del pequeño se le podía ver junto a su mono de peluche y su padre siempre llevaba uno más pequeño consigo cuando la pareja acudía a los tribunales para los juicios sobre el futuro del pequeño.
El pequeño de once meses estaba afectado por una enfermedad mitocondrial congénita, y querían trasladarlo, en contra del parecer del hospital londinense Great Ormond Street, que trataba al bebé. Los médicos de ese centro sostenían que la calidad de vida del bebé, que cumpliría un año el próximo 4 de agosto, no iba a mejorar sometiéndolo a esa terapia pionera y abogaban por desconectarle.
Su madre dijo anoche: "Deberíamos estar planeando el primer cumpleaños de Charlie, pero en lugar de eso estamos planeando su funeral".
Los Gard recaudaron inicialmente 1,3 millones de libras (unos 1,5 millones de euros) para financiar el tratamiento en EE UU, cantidad que han indicado que ahora podrían destinar a una fundación en memoria de su hijo.
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