Según explicó a EFE el presidente de la Federación de Caza de Castilla-La Mancha, Simeón Lalanda, la polémica ha "manchado" este campeonato que ha acabado con el cazador alcarreño, Francisco Sierra, prestando declaración ante la Guardia Civil de Ribera del Fresno, después de que el juez que lo acompañaba en la prueba le acusara de hacer trampas y amenazarle durante la disputa de este campeonato.

El presidente de la Federación de Caza de Castilla-La Mancha explicó que la polémica se desató después de que el juez de la prueba acudiera al control de la competición para poner de manifiesto sus dudas sobre la procedencia de alguna de las piezas abatidas y cobradas durante la celebración del campeonato por Sierra, en concreto dos perdices.

Lalanda comentó que estas dudas fueron corroboradas por el Comité de Competición de la prueba que determinó que las piezas abatidas por Francisco Sierra - que en un momento no fueron entregadas en el control de la prueba, lo que motivó su descalificación inmediata del campeonato -, llevaban ya muertas entre 24 y 48 horas.

Amenazas

Tras unos primeros análisis realizados en la propio control de prueba por un biólogo y veterinario se pudo comprobar, explicó Lalanda, que "mientras las perdices matadas por el resto de cazadores portaban en sus buches restos de bellota y trigo, las que presentó Sierra contenían pipas de girasol".

Lalanda indicó que, igualmente sospechoso resultó que a escasos metros de donde se encontraron las perdices que en un momento dejó el cuatro veces campeón de España aparecieron otras piezas de caza muertas y una bolsa con sangre, cuya procedencia se va a investigar dadas las dudas que pudieran estar relacionadas entre si.

A Francisco Sierra le ha abierto expediente disciplinario la Real Federación Española de Caza, mientras la Guardia Civil se encarga de investigar las acusaciones vertidas por el juez contra él por amenazas.