Las obras de remodelación de sus estaciones obligan, al igual que el año pasado, a cerrar toda línea amarilla. Una estampa que también se repetirá el verano que viene.
La clausura de la línea 3, una de las más antiguas –construida en los años veinte– tiene como objetivo ampliar su capacidad, de modo que no se superen los 3,5 viajeros por metro cuadrado en hora punta y se rebaje la densidad actual (de casi cinco viajeros por metro cuadrado). Aunque en el último año 44.000 personas al día han dejado de utilizar esta línea, se espera que se incremente el número de usuarios cuando la Comunidad la amplíe desde Legazpi hasta Villaverde y concluyan las obras.
Andenes más largos
Para disfrutar de una mejor «calidad, rapidez y comodidad», como aseguró ayer el vicealcalde, Manuel Cobo, se ampliarán los andenes de todas las estaciones (pasarán de medir 60 metros a 90). Esto permitirá que los 32 nuevos trenes que se pongan en marcha (con una superficie un 60% mayor que la de los convoyes actuales) tengan seis vagones en lugar de los cuatro que circulan hoy.
Estas obras, presupuestadas en 258 millones y planteadas en tres fases (ahora comienza la segunda), incluyen la remodelación de los vestíbulos, con escaleras mecánicas y acondicionados para minusválidos.
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