La médico que atendió a la vallisoletana que murió de una parada alega que Cardiología no estimó su ingreso

  • La médico adjunta A.M.G.R. que atendió el 5 de noviembre de 2016 en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid a la paciente María Isabel M.M, de 61 años y que falleció de una parada cardiorrespiratoria cinco horas después de recibir el alta, ha alegado hoy que aquella noche la decisión de mandarla a casa fue del Servicio de Cardiología del citado centro hospitalario.
Imagen del hospital clínico de Valladolid.
Imagen del hospital clínico de Valladolid.
EUROPA PRESS
Imagen del hospital clínico de Valladolid.

La facultativa, que ha declarado hoy en el Juzgado de Instrucción número 1 en calidad de querellada por delito de homicidio imprudente fue la que, junto con la también querellada médico residente S.J.L.C, asistió esa noche a la fallecida en su tercera visita al Servicio de Urgencias al Clínico y que, tras prescribirla una analítica y un 'electro', cuyos resultados dicen que eran normales, la dio el alta hospitalaria.

"Dice que consultó con el Servicio de Cardiología y allí entendieron que no era preciso que quedara ingresada porque se encontraba estabilizada, por lo que ella no era quién para decir lo contrario", asegura, en declaraciones a Europa Press, el letrado de la acusación particular Manuel Novas, quien analiza la testifical de la médico como un intento de "echar balones fuera" y depositar la responsabilidad en los integrantes de dicho departamento.

El acusador particular no se explica cómo una paciente que presentaba tales síntomas, con dolor precordial, y sus antecedentes-una dolencia tiroidea que eleva el riesgo y la mortalidad cardiovascular-no quedó ingresada esa noche en observación.

"Lo tengo muy claro, si se hubiera tenido un estado vigilante, la muerte de esa mujer no se hubiera producido, algo que ocurrió porque no se le prestó la atención debida y se despreció su grave estado, como prueba que tras recibir el alta tuvo que volver a ser trasladada y murió en el hospital cinco horas después", resume el letrado de la familia de la víctima.

Junto a la médico adjunta han testificado igualmente, en idéntica condición de querellados, los médicos residentes C.L.R.F. y S.J.L.C, quien, según explica Novas, han alegado que su labor se circunscribe al ámbito opinativo y que las decisiones las adoptan los médicos adjuntos.

Los interrogatorios, en el marco de la querella interpuesta por la familia de la fallecida y que ha sido admitida a trámite por el Juzgado de Instrucción número 1, continuarán el próximo día 26 con los que prestarán, también como querellados, los cardiólogos S.P.G, H.G.H, P.E.G.G. y W.H, a quienes se sumará también el médico adjunto, ya jubilado, J.J.C.A.

La querella presentada por la familia el pasado mes de mayo se ha traducido ahora en un auto del Juzgado de Instrucción número 1 de la capital que entiende que los hechos denunciados presentan características que hacen presumir la posible existencia de un delito de homicidio por imprudencia y, por tal motivo, acuerda abrir diligencias previas y citar a ocho médicos en calidad de querellados.

Los hechos se remontan al 5 de julio de 2016, cuando la paciente, María Isabel M.M, acudió al Centro de Salud Canterac de Valladolid aquejada de fuertes dolores en el tórax, si bien entonces le fue diagnosticada una crisis de ansiedad y no se le prescribió medicación alguna.

El empeoramiento de su estado la llevó el día 9 de septiembre a acudir, acompañada de sus hijos, al Servicio de Urgencias del Clínico, donde, supuestamente, le aconsejaron que acudiera a su médico de cabecera, le efectuaron unas pruebas y aseguraron que se trataba de un ataque de ansiedad, sin prescribirle medicación alguna.

Los episodios de dolor se repitieron con más frecuencia, hasta el punto de que el día 4 de noviembre fue trasladada desde su domicilio nuevamente al Clínico Universitario, donde fue dada de alta a las 00.00 horas del día siguiente.

Sin embargo, unas horas después, la mujer, ya en su domicilio, volvió a sufrir los mismos síntomas y tuvo que ser evacuada en ambulancia poco antes de las 05.00 horas al mismo centro sanitario, donde, sin embargo, fallecería a las 05.33, minutos después de su ingreso, por una parada cardiorrespiratoria en asistolia de origen no filiado, tal y como reza el juicio clínico.

La familia, en la querella de homicidio por imprudencia profesional grave, sostiene que la troponina de la paciente-un enzima cardiaco liberado a la circulación sanguínea en el infarto de miocardio-triplicaba el máximo del valor de referencia, así como el Dímero-sugiere la formación de trombo sanguíneo-y el PH en sangre, además de las 97 pulsaciones por minuto que presentaba, "síntomas que deberían hacer pensar en un posible infarto, por lo que resulta incomprensible que al menos no se le hubiera dejado en observación esa misma noche en la que se le dio el alta médica".

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