Según ha informado el Ayuntamiento, el concejal de Vivienda y Desarrollo Urbano, Miguel Ángel Castellón, ha explicado que "los trabajos de consolidación, estabilización y refuerzo sobre la ladera desarrollados por la empresa 'Paramassi Ibérica', junto a la instalación de una barrera dinámica perimetral", permiten autorizar la vuelta a sus hogares a parte de las familias desalojadas tras el derrumbe, quedando aún pendiente la conclusión de unos trabajos "complejos" que permitan también la vuelta a casa a los vecinos desalojados de la calle Flor.

"Nuestra prioridad dentro de esta actuación es la de garantizar la seguridad de las personas", ha insistido Castellón, reconociendo "las dificultades en el desarrollo de unos trabajos que se llevan prolongando varias semanas debido al estado de la ladera, consecuencia de los desprendimientos en altura que se han producido".

A esta situación ha añadido, como concluye el informe de la empresa especializada en el tratamiento de taludes y laderas y en la realización de trabajos en vertical que trabaja sobre la zona, "la propia acción del hombre", como causa más que probable de la situación que allí se ha producido, "ya que se advierten numerosas oquedades y brechas sobre el terreno, producidas de manera artificial".

DESARROLLO DE LOS TRABAJOS

Ocurrido el derrumbe y tras ordenarse la ejecución material, con carácter inmediato, de todas aquellas medidas necesarias para garantizar la seguridad de la zona, como primera actuación se llevó a cabo la construcción de un lecho de piedra con objeto de amortiguar la caída de elementos que se encontraban sueltos en la zona del derrumbe. De forma simultánea se ha llevado a cabo la inspección de otros grandes fragmentos de roca existentes en la ladera, procediéndose a su estabilización y anclaje a zonas seguras.

En estas labores se ha dispuesto de una red metálica de anillos, anclajes y tensores para afianzar el terreno y evitar así la posible caída de piedras y otros elementos asentados sobre el talud.

Posteriormente se ha llevado a cabo la ejecución de un primer tramo de barrera dinámica destinado a proteger las zonas adyacentes, tanto de los fragmentos que pudieran desprenderse de la ladera de forma espontánea, como los que pudieran generarse durante los propios trabajos de aseguramiento o demoliciones controladas para la reducción de las piedras.

DRONES

Para un mejor seguimiento de los trabajos ejecutados y con el objetivo de anticipar posibles nuevos desprendimientos, como consecuencia del estado del talud, la empresa que ha desarrollado estos trabajos ha empleado incluso en esta labor drones que han sobrevolado las zonas inaccesibles o de difícil acceso.

Explican los responsables de la empresa 'Paramassi' que el uso de estos vehículos no tripulados, dirigidos por control remoto, en el tratamiento de taludes, "tiene numerosas ventajas, entre las cuales cabría destacar la alta calidad de las imágenes, la reducción de riesgos y de costes, en la obtención de información relevante en tiempo real que podrá servir para determinar en qué estado se encuentra la ladera en aquellas zonas que no han podido ser aún inspeccionadas".