Las precipitaciones de este otoño están siendo en Galicia un 93% inferiores a lo habitual y esta sequía prolongada ya deja ver sus consecuencias.

El nivel medio de reserva de agua en los embalses gallegos está en el 49,53% de su capacidad, 25 puntos por debajo de los valores de hace un año, según Augas de Galicia.

Así, el concello de Lugo se vio obligado a activar -por primera vez en otoño- la prealerta por sequía para proteger el caudal ecológico del Miño, del que se abastece la capital lucense.

Desde el pasado miércoles, y siguiendo las pautas de la Confederación Hidrográfica del Norte, se ha suprimido el riego de los jardines de la ciudad y se ha reducido el baldeo de las calles de 7 a 3 días por semana.

Más ducha y menos baño

Además, desde la concellería de Medio Ambiente se ha recomendado a la ciudadanía "usar más la ducha que el baño", reutilizar el agua y "limitar" el lavado de vehículos.Los pozos y fuentes, sobre todo en las zonas rurales, están muy por debajo de su rendimiento. Pero, la situación más alarmante la están viviendo

Según Juan Pérez, secretario general técnico del sindicato Xóvenes Agricultores, explica que esto traerá muchas consecuencias económicas ya que "os pensos subiron un 40% e agora os agricultores non teñen producción propia".

La apicultura, afectada

Además, añade, "hai desabastecemento de auga nas explotacións, sobre todo en zonas da Terra Cha", donde algunas granjas han tenido que recurrir a las cisternas de agua.

Pérez argumenta que también hay problemas en la apicultura porque "algúns cultivos están florecendo e as abellas traballan demasiado".

"Ten que chover xa", afirma, "pero haberá que esperar" porque "estas cousas xa pasaron". "Sempre houbo ciclos climáticos", explica, "e ás veces o que falta é un pouco de memoria".

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