Se trata del segundo menor incremento de los precios industriales del país en comparación con abril de 2016, sólo por delante de Navarra (1,1 por ciento).
No obstante, Castilla y León ha registrado un incremento de medio punto en la tasa anual del IPRI que ha pasado del 1,3 por ciento alcanzado en marzo al 1,8 por ciento de abril. Esta tasa anual del IPRI ha aumentado en dos comunidades autónomas y las mayores subidas se
han producido en Baleares, Comunidad de Madrid y La Rioja, cuyas tasas se incrementan 3,4, 1,5 y 1,1 puntos, respectivamente.
El mayor aumento de los precios industriales se ha producido en la partida de energía (0,4 por ciento, -0,4 por ciento en España), seguida de los bienes de equipo y de los bienes intermedios, con un 0,3 por ciento en ambos casos en Castilla y León y -0,1 y +0,1 por ciento respectivamente en España.
Por su parte, el precio de los bienes de consumo ha aumentado una décima en Castilla y León, frente a un 0,3 por ciento en España.
En comparación con abril de 2016, el mayor repunte de los precios industriales en Castilla y León se ha debido también a la energía (10,4 por ciento, como en España donde esta partida ha aumentado un 15,7 por ciento), seguida de los bienes de consumo (1,1 por ciento, 2,3 por ciento en España), bienes de equipo (1,0 por ciento, al igual que la media nacional) y bienes intermedios (0,9 por ciento, 4,1 por ciento en el resto del país).
A nivel nacional con el repunte interanual de abril los precios industriales encadenan siete meses consecutivos de ascensos después de haberse incrementado en los últimos tres meses de 2016 y en el primer cuatrimestre de 2017.
La energía elevó un punto su tasa interanual en abril, hasta el 15,7%, por el aumento de los precios de la producción de energía eléctrica. En cambio, bajaron los precios del refino de petróleo, en contraste con el incremento que experimentaron en abril de 2016.
Asimismo, los bienes de consumo no duradero incrementaron dos décimas su tasa interanual, hasta el 2,5%, su mayor tasa desde julio de 2013, debido al encarecimiento de la elaboración de productos cárnicos, cuya tasa se situó en su nivel más alto desde mayo de 2011.
Por el contrario, los bienes intermedios recortaron tres décimas su variación, hasta el 4,1%, a causa de la estabilidad de los precios de la fabricación de productos básicos de hierro y de productos químicos básicos, frente al aumento de abril de 2016.
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