Pasaron los fríos y llegarron los primeros calores. Nuestra casa lo nota y conviene ponerla a punto. Redecorar nuestro hogar para disfrutar del buen tiempo no tiene que ser necesariamente un gran gasto. Todo es cuestión de maña, creatividad y buenas ideas. Con creatividad e imaginación se le puede dar una vuelta a lo que ya tenemos.

Como dice la decoradora Sandra Marcos, "el truco está en saber darle uno, dos y hasta tres usos distintos a un mismo objeto decorativo". De manera que convendrá tomar nota. Esta interiorista nos da unos cuantos consejos para poner un poco de primavera, y hasta verano, en casa sin gastarnos un euro (o casi).

La cuestión es ver cada objeto con nuevos ojos, de tal manera que pueda pasar a convertirse en un florero, un portavelas o una cubitera. Por ejemplo, un jarrón de cristal verde puede ser muchas cosas, porque es tan versátil. Dará color a cada rincón si lo llenamos con flores; dará luz y perfumará el ambiente si encendemos dentro una vela aromática; o nos ayudará a servir un vino bien frío.

Podemos hacer lo mismo con una tabla para cortar. Puede funcionnar como un salvamantel, una bandeja y un plato para servir. Eso sí, Marcos aconseja olvidarse de las tablas de plástico, que considera prácticas pero nada decorativas. Unas tablas de mármol o madera vestirán cualquier mesa y nos permitirán servir alimentos directamente en ellas o transportarlos.

Más ejemplos. Ese minibar portátil que compramos hace meses y que sólo hgemos utilizado una vez. Podemos darle una segunda vida reconvirtiéndolo en una mesa de entrada y alegrar el pasillo con unas bonitas flores y algún que otro elemento decorativo.

Un última idea. Un cesto de mimbre. Puede tener mil vidas y todo depende de qué lo llene, qué pongamos dentro. Son ideales para almacenar pero también para decorar.