Aunque las compras digitales no paran de crecer, el comercio electrónico aún tiene que recorrer mucho camino en España. La gran mayoría de ventas se siguen haciendo en tiendas físicas y, más allá de gigantes como Amazon, eBay o Inditex, el pequeño comercio todavía se tiene que sumar al caballo de vender por internet.

"Nos encontramos en 20.000 millones de facturación. Queda mucho camino por recorrer, estamos solo alrededor del 3% [del total de ventas online y offline]", explica José Luis Zimmermann, director general de Adigital.

Poco a poco, el ecommerce se abre paso. En el tercer trimestre de 2016, superó los 6.100 millones de euros, un 16,3% más que el año anterior, según la CNMC. El primer puesto del ranking lo ocupa el sector turístico, el jugador más importante en el tablero digital.

A la cabeza se sitúan las agencias de viajes y operadores turísticos (16% de la facturación) seguidos del transporte aéreo (12%). Muy de lejos figura el sector textil, con un 5% de facturación.

"Después del turismo, hay otros ámbitos, como el retail, el consumo, la moda... que están despuntando, aunque a mucha distancia. La alimentación está empezando a crecer", afirma Zimmermann.

Cada vez más personas se animan a pasar por la caja en internet. Hasta tres cuartas partes de los internautas españoles de entre 16 y 60 años han comprado online al menos una vez, según un estudio de IAB Spain. Las principales razones se pueden encontrar en los bajos precios, la variedad de oferta y la comodidad.

"La primera condición para que los clientes puedan comprar algo online es tenerlo disponible", afirma Adam Sedó, portavoz de Amazon en España. La plataforma ha añadido a su página web 84.000 productos nuevos cada día en los últimos 5 años y medio, según su portavoz.

A pesar de las ventajas que ofrece internet, las empresas que apuestan por el pago online deben romper con múltiples barreras, como la falta de confianza. El 40,8% de los españoles cree que comprar con tarjeta por internet no es seguro, según el barómetro de febrero del CIS.

"Se irá superando, es un tema generacional, ahora se están incorporando generaciones que han nacido en el entorno online y no tienen ese miedo", afirma Zimmermann.

Con 34 años, Gabriela Fernández es compradora habitual de la red desde hace más de una década.

Profesional en marketing y afincada en Madrid, tiene claro por qué compra a través de internet: "Por la variedad de las cosas y los precios, que normalmente son más bajos. Si quieres unos altavoces, en Amazon tienes un catálogo interminable, pero en una tienda [física] hay pocos modelos". A esto se suma "ver las opiniones de la gente que ha comprado el producto antes" y evitar las aglomeraciones.

Compra dos o tres veces a la semana, desde ropa hasta aparatos electrónicos. Incluso "galletas y chicles, para llegar al precio mínimo", explica.