La Fiscalía de Madrid solicita siete años de prisión para un vecino de Fuenlabrada regente de una cafetería que disparó a un atracador cuando robaba en una óptica próxima a su establecimiento, tras ser avisado por una de las empleadas del mismo.

Por ello, la Sección Sexta de la Audiencia madrileña juzgará este martes a Antonio Joaquín G.A por un presunto delito de homicidio en grado de tentativa. El fiscal reclama que indemnice a la víctima, Roberto Carlos, con 4.200 euros, por los 70 días que necesitó para la curación de las heridas, a razón de 60 euros diarios; con 420 euros, por los 7 días que estuvo hospitalizado, a razón de 60 euros diarios; y con 6.000 euros, por las secuelas.

Los hechos se remontan al 17 de septiembre de 2005, cuando alrededor de las 07:30 horas Antonio Joaquín se encontraba en el interior de la cafetería de su propiedad, llamada 'Centro' y situada en el número 29 de la calle Francisco Javier Sauquillo.

Una de las empleadas del bar avisó a Antonio Joaquín de que estaban robando en la óptica situada al lado de la cafetería. Entonces, el acusado salió a la calle portando una pistola semiautomática y sorprendió al atracador cuando se disponía a salir por un hueco que previamente había hecho en la luna de la óptica.

"Quieto", le gritó el encausado, lo que Roberto Carlos ignoró, tratando de huir del lugar. En ese momento, el procesado le disparó con el arma que empuñaba, alcanzándole la bala en la fosa renal derecha.

Disparo mortal

Así, Roberto Carlos sufrió lesiones consistentes en una herida en el polo inferior del riñón derecho y la perforación a nivel de colón ascendente, así como de la vesícula biliar. "Las lesiones descritas constituyeron un riesgo vital para Roberto, de manera que éste hubiera fallecido de no mediar una asistencia médica urgente reparadora", dice le fiscal.

Tras los hechos, el acusado se deshizo del arma utilizada y la arrojó a un contenedor de basura, ubicado en la calle Miguel de Unamuno, sin que la misma se haya localizado hasta el momento.