Dos de los ellos lo fueron por haber asesinado a tiros a ciudadanos saudís, el otro por golpear hasta la muerte a su abuela, según el Ministerio de Interior saudí.

El método usado para las ejecuciones fue la decapitación por sable, en la que un verdugo corta el cuello del condenado de un golpe con su espada.

Una 'costumbre' frecuente

Las decapitaciones en público son frecuentes en Arabia Saudí, país que aplica una estricta versión de la Ley Islámica y castiga con la pena capital delitos como el asesinato, la violación, la brujería, el tráfico de drogas y el asalto a mano armada.

Tal y como denuncia Amnistía Internacional en ocasiones esta pena es aplicada incluso a personas que cometieron sus delitos siendo menores de edad.

Pero a pesar a esta dureza normativa terribles crímenes se siguen dando en el país: cinco de los ejecutados esta semana estaban acusados de haber secuestrado, violado y decapitado a un niño y otros tres por haber asesinado a un bengalí y secuestrado y violado a su esposa.