La realidad siempre supera la ficción. Por eso, Plaza del Salvador, presentada a concurso en la Sección Oficial, se basa en una historia verdadera para desarrollar una trama en la que una familia se ve sumergida en una tragedia.

Una llamada tensa, llena de dolor y que hace presagiar lo peor sirve de arranque a esta película de Krzystof Krauze y Joanna Kos-Krauze en la que las malas relaciones familiares se llevan al límite.

A pesar del dramatismo, tras colgar el teléfono el espectador es llevado a varios meses antes de la llamada para explicar las razones de lo que no desvelará hasta el final y que vendrá cargado de consecuencias fatales.

Un matrimonio con dos hijos y la abuela de estos son los protagonistas de un drama que fue acogido con una mezcla indefinida de pataleos y aplausos por parte del público que se debatió entre las lágrimas y el sueño.

Con esta familia, los directores retratan la Polonia moderna, sumida en una crisis en la que el desempleo y la corrupción están presentes en cada uno de los aspectos de la vida.

Ambos elementos son los que llevan a los protagonistas al límite después de que se queden sin casa porque el promotor se ha llevado el dinero y las viviendas han quedado a medio construir.

Dos niños, una esposa sin trabajo, una suegra que no hace más que meterse entre el matrimonio y una mujer que no es capaz de salir adelante son los detonantes de la tragedia.

Se proyecta el jueves a las 9.30 y 22.30 horas en el Roxy.