El gasto sanitario por habitante en Asturias se sitúa en 1.457 euros, un 1,6% menos que antes de la crisis

  • El gasto por habitante del sistema sanitario público en Asturias se situó en 1.457,24 euros en 2014, último ejercicio para el que existen datos oficiales de ejecución presupuestaria. Esta cifra indica que desde el arranque de la crisis, en 2008, cuando el gasto per cápita ascendía a 1.481,30 euros, este indicador se ha mantenido estable, reduciéndose apenas un 1,6%, frente al 6,7% que ha caído en el conjunto de España según el estudio 'La sanidad española en cifras' editado por el Círculo de la Sanidad. El gasto en Asturias se sitúa un 13% por encima de la media española.
Hospital Universitario Central de Asturias HUCA
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EUROPA PRESS
Hospital Universitario Central de Asturias HUCA

Tras analizar cerca de 250 indicadores sanitarios de la base estadística del Ministerio de Sanidad concluye que la brecha entre territorios en materia de gasto sanitario per cápita se ha ensanchado durante el periodo más duro de la crisis, entendido como el que transcurre entre 2008 y 2014. En dicho segmento, las diferencias territoriales en gasto sanitario pasaron del 27% a ser del 54%.

El libro, que ha sido elaborado por un equipo de la Fundación Gaspar Casal dirigido por Juan del Llano y coordinado por la profesora Alicia Coduras, atribuye este ensanchamiento de las diferencias entre territorios viene agravado por dos factores adicionales.

El primero es que se ha producido en un "contexto de recortes presupuestarios generalizados" en el que el gasto medio por habitante en España ha caído más de un 7%, desde los 1.389 euros que acreditaban las estadísticas oficiales en 2008 a los 1.289 euros de 2014, 100 euros menos por beneficiario.

Otro de los aspectos que aparece tras el análisis de estos 247 indicadores sanitarios es que el Sistema Nacional de Salud ha soportado el paso de la crisis de manera firme. La convergencia de una mayor presión asistencial y una menor disponibilidad de recursos presupuestarios no ha afectado apenas, a la luz del análisis de los autores, a la efectividad del sistema.

La esperanza de vida de los españoles ha continuado incrementándose, ha mejorado la tasa de supervivencia ante infartos o ictus, se ha reducido la tasa de mortalidad en las patologías más destacadas, ha disminuido la tasa de infección hospitalaria y se han logrado importantes avances en la prevalencia del consumo de tabaco o riesgos por consumo de alcohol.

Asimismo, el sistema ha logrado absorber los ajustes presupuestarios manteniendo en buena medida el personal médico de atención primaria y especializada, y mejorando incluso otros recursos como el número de quirófanos en funcionamiento, los equipos de resonancia magnética o los de hemodiálisis.

Otro de los aspectos que aparece tras el análisis de estos 247 indicadores sanitarios es que el Sistema Nacional de Salud ha soportado el paso de la crisis de manera firme. La convergencia de una mayor presión asistencial y una menor disponibilidad de recursos presupuestarios no ha afectado apenas a la efectividad del sistema.

La esperanza de vida de los españoles ha continuado incrementándose, ha mejorado la tasa de supervivencia ante infartos o ictus, se ha reducido la tasa de mortalidad en las patologías más destacadas, ha disminuido la tasa de infección hospitalaria y se han logrado importantes avances en la prevalencia del consumo de tabaco o riesgos por consumo de alcohol.

Asimismo, el sistema ha logrado absorber los ajustes presupuestarios manteniendo en buena medida el personal médico de atención primaria y especializada, y mejorando incluso otros recursos como el número de quirófanos en funcionamiento, los equipos de resonancia magnética o los de hemodiálisis.

También se ha reducido significativamente la tasa de población mayor de 65 años vacunada contra la gripe, que ha pasado del 70% al 56% en solo una década, haciendo que España se aleja del óptimo del 75% que recomienda la OMS; se han incrementado los reingresos, tanto los normales como los urgentes tras una cirugía programada; y se ha reducido el número de camas disponibles.

Sobre las listas de espera, el informe desvela que la tasa de pacientes en espera para consultas especializadas se ha incrementado un 36% entre 2012 y 2015 y los tiempos de espera se han prolongado de manera generalizada.

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