Andaluces y extremeños son los que pagan los impuestos autonómicos más altos

  • El Consejo de Economistas analiza los gravámenes autonómicos y acusa a los gobiernos de fijar los tributos con "teatralidad".
  • Sugiere rebajar las exenciones y fijar un mínimo en el pago de las sucesiones, que Madrid, Cantabria o Canarias bonifican casi de forma completa.
Rajoy preside la primera sesión de trabajo de la Conferencia de Presidentes
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EUROPA PRESS
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Un catalán soltero y con ingresos bajos pagará el IRPF más alto de todo el Estado de acuerdo a sus ganancias. Un andaluz que herede bienes por valor de 800.000 euros tendrá que abonar un impuesto de sucesiones récord por vivir en su comunidad autónoma. Si residiese en Extremadura, el coste bajaría hasta el segundo puesto, pero continuaría arriba en estaclasificación.

El Consejo General de Economistas trató de desvelar este lunes la maraña de la fiscalidad autonómica, justo cuando se va a iniciar el debate a nivel estatal sobre el nuevo modelo de financiación, al que la primera está íntimamente ligado.

Según los expertos del ente, es necesario "moderar" las diferencias fiscales entre los distintos territorios. Los gobiernos autonómicos, aprecian los especialistas, "juegan" a crear, subir o bajar impuestos y recurren a la "teatralidad" para ganar votos con ello, aún a sabiendas de que estos gravámenes solo suponen el 2,2% de sus ingresos totales anuales, según datos de 2015.

La existencia de 79 impuestos propios aprobados por las CC AA y la introducción de 693 modificaciones normativas solo para el presente 2017 dan cuenta de esta "exuberancia creativa", como la definió el presidente del Consejo, Valentín Pich.

¿Dónde hay más ventajas?

El estudio de los impuestos llevado a cabo por el Registro de Asesores Fiscales de la entidad, pone de manifiesto, por ejemplo, que Cataluña es la región que más IRPF exige a un contribuyente soltero y sin hijos que trabaje y no pueda aplicarse deducción alguna. En su caso, deberá contribuir con 1.611€ si ingresa 16.000 € al año, 2.510 € si se embolsa 20.000 € y 5.102 € si la cantidad total llega a 30.000 €.

Extremadura es la que más demanda a los que ganan entre 45.000 € y 111.000 € (de 9.891 € a 38.55 €), mientras que la Comunidad Valenciana es quien más aprieta a las rentas más altas (entre 62.588 € y 273.788 € para los que se embolsen de 160.000€ a 600.000 €). Un madrileño pagará menos en todos los casos y sea cual sea su renta, gracias a las abundantes desgravaciones promulgadas por el ejecutivo regional en las últimas legislaturas; unos descuentos que se han traducido en acusaciones de dumping fiscal (competencia desleal) de otros territorios.

Madrid también bonifica al 100% el impuesto de patrimonio, donde la cuota máxima para quienes acumulen hasta 800.000 € se paga en Aragón (1.164 €). Los patrimonios de hasta 4 millones de euros lo tienen más difícil en Extremadura, que obliga a una contribución de 59.919 €. También es la región donde la aportación de un particular con 15 millones de euros sería mayor: 418.155 €. Con Madrid, las comunidades más permisivas en todos los estratos son La Rioja, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Canarias.

Andalucía aparece en primer lugar en el impuesto de donaciones, que costaría 208.159 € para una donación de 800.000 € de padres a hijos (205.920 € en Asturias, por los 2.000 € de Madrid y los 200 € de Canarias, las que menos tributan). Los andaluces también lideran el gravamen de sucesiones (164.000 € para una herencia de 800.000 € en beneficio de un soltero de 30 años), seguidos de Extremadura (158.000 €) y de Aragón (155.393 €).

El Consejo de Economistas recomienda armonizar este impuesto -que es casi inexistente en Canarias y muy bajo en Madrid y en Cantabria- y fijar un tipo mínimo para todas las comunidades, reduciendo así la competencia.

Valentín Pitch, presidente del Consejo de Economistas subrayó este lunes que la dinámica de "tanta descentralización" de impuestos hacia las comunidades autónomas conlleva competencia fiscal. Esta, sin embargo, debería ser ordenada, "no anárquica", por lo que planteó un tipo mínimo para todas las comunidades y, a partir de ahí, "que cada uno apechugue y se espabile". "No se puede pedir a los impuestos que lo arreglen todo", zanjó.

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