Diez cultivos de marihuana han sido desmantelados en la provincia de Girona, donde se ha descubierto que el método empleado en estos casos de sustraer el suministro eléctrico de la red para el cuidado de los mismos dejaba sin luz a menudo a los habitantes de la localidad de Sant Miquel de Fluvià.
El elevado consumo de los equipos de refrigeración e iluminación que se utilizan para el crecimiento de la droga lleva a los narcotraficantes a saltarse los contadores que podrían delatarlos, pero esta vez los afectados han sido los vecinos, que sufrían frecuentemente cortes de fluido.
Un total 14 registros
Diez personas han sido detenidas en un dispositivo que se inició hace un año y que, en su fase final, ha contado con dos acciones destacadas el pasado 18 de enero en localidades cercanas a Figueres y, posteriormente, en Sant Miquel de Fluvià y Girona.
En la primera operación se realizaron ocho registros a domicilios y almacenes, se detuvo inicialmente a tres individuos que se encargaban del mantenimiento de las plantaciones y, un día después, al presunto responsable de la organización.
El segundo operativo contó con cuatro detenciones y seis registros, la mayoría en Girona, donde se localizaba la mayor parte de los cultivos, controlados todos por una misma familia.
El grupo adquiría casas unifamiliares en un radio de trescientos metros alrededor de la vivienda principal, todas controladas, y presionaba a los vecinos para evitar que declarasen en su contra.
Los agentes se han intervenido también de 8.200 euros procedentes presuntamente de la venta de la marihuana, así como de una pistola y dos revólveres, supuestamente para defenderse de los robos habituales entre organizaciones de este tipo.
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