La olería ancestral de Gundivós se moderniza y se acerca a los visitantes

  • La rectoral de la localidad fue restaurada para convertirse en un museo al servicio de la alfarería tradicional.
  • Las demostraciones en vivo permiten a los visitantes conocer los secretos de un oficio milenario.
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Elías González, oleiro de Gundivós, sostiene en sus manos la pieza más emblemática: el xarro
Elías González, oleiro de Gundivós, sostiene en sus manos la pieza más emblemática: el xarro
CRISTINA ARIAS
Elías González, oleiro de Gundivós, sostiene en sus manos la pieza más emblemática: el xarro

La olería es uno de los oficios más ancestrales del mundo. Durante siglos, la sabiduría del barro se transmitió generación tras generación: cada secreto, cada técnica, la forma de moldear cada pieza... se convirtieron en un legado que todavía hoy sigue vivo. En Galicia perviven varios obradoiros oleiros. Uno es el de Gundivós.

Allí, en una pequeña aldea de Sober, al sur de Lugo, la olería es la cultura de la zona. En la actualidad sólo dos moldean el barro. Elías, que lleva cinco años como alfarero profesional, y Agapito, todo un veterano. Mantienen la tradición viva. Salvaguardan y custodian la técnica. Pero no sólo la protegen. También le dan más vida.

Según Elías, "tratan de mantener los métodos de antes unidos a las tecnologías de ahora". Por eso, tienen en mente crear una página web e incluir su ubicación en guías de turismo rural -algo muy consolidado en la zona-, así como facilitar el acceso al taller con una nueva señalización.

El museo

Hace dos meses abrieron el centro de interpretación en la rectoral de la localidad, donde todas las dependencias están al servicio de la cerámica. Y, aunque como cuenta el alfarero "aún no está funcionando al 100% porque faltan algunos retoques y piezas de jardinería", el que entra ya "se lleva un trozo de cultura" y comprende algo más de la técnica, porque Elías realiza demostraciones en vivo.

Aparte, después de asentar el museo y "dependiendo de cómo se involucren los distintos organismos", Elías proyecta crear una pequeña escuela para que la olería de Gundivós tenga nuevos aprendices. Pero no se trata de "despachar diplomas, ni dar matrículas", dice. "Nos gustaría preparar a 4 o 5 niños del pueblo aunque no renunciamos a que otra gente se instale". "Si sólo uno se dedicara a esto sería un gran éxito" para que la tradición continúe viva.

Olería de Gundivós

Realizada con barro de la zona, torno bajo, cocción con leña, acabados con pez (fusión de resinas naturales que permiten la impermeabilización) y color negro. Entre las piezas, que destacan las relacionadas con el vino y las matanzas, el xarro es la más emblemática.

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